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Juan Pablo II en 1982 bajando de un avión de Iberia

Juan Pablo II en 1982 bajando de un avión de Iberia

La vuelta al mundo en cuatro viajes papales que marcaron la historia

Desde tiempos de Pablo VI, los Pontífices se han convertido en expertos viajeros que han recorrido el largo y ancho del planeta. En septiembre de 2024, Francisco da un nuevo y significativo paso con su trayectoria por Asia y Oceanía

En los últimos 60 años, cuatro Papas han protagonizado viajes que no solo transformaron sus respectivos pontificados, sino que dejaron una huella indeleble en la historia. Desde la primera vez que Pablo VI rompió con la inmovilidad del Vaticano, cada Pontífice ha seguido sus pasos, llevándose consigo no solo las oraciones de millones de fieles, sino el peso de una misión: sanar heridas históricas, abrir puentes de diálogo y, en cada encuentro, sembrar paz.

San Juan Pablo II consolidó esta tradición con una intensidad sin precedentes. Con más de 133 países visitados y el equivalente a 29 vueltas alrededor de la Tierra, su energía desbordante lo llevó a cada rincón del planeta, por eso se le conoce como el Papa viajero. Benedicto XVI también dejó su huella con destinos como Turquía y el Reino Unido, siendo el primer Papa en pisar suelo británico desde el cisma de Enrique VIII.

El Papa Francisco, siempre en la frontera, ha llevado su mensaje de diálogo y reconciliación a Egipto, Bosnia, Lesbos e Irak, tierra marcada por el conflicto y la persecución de los cristianos. Hacemos un recorrido por los cuatro viajes que definieron a los últimos Papas, momentos que no solo cambiaron la historia de la Iglesia, sino del mundo entero.

El Papa Pablo VI

El Papa Pablo VI, con solo seis meses de pontificado, fue el primero en iniciar los viajes apostólicos

Pablo VI y su histórico viaje a Tierra Santa en 1964

Con apenas seis meses como Pontífice, Pablo VI emprendió un viaje histórico a Tierra Santa, convirtiéndose en el primer Papa en viajar al extranjero, marcando un hito en la diplomacia vaticana. Entre el 4 y el 6 de enero de 1964, el obispo de Roma visitó lugares clave del cristianismo, en una región que ya enfrentaba tensiones y conflictos en Oriente Medio. Este viaje de tres días, que fue acompañado por 1400 periodistas y fotógrafos, fue un importante gesto ecuménico que marcaría el inicio de su pontificado ganándose el apodo del Papa peregrino.

Durante su viaje, el Papa recorrió 11 localidades entre Jordania e Israel, comenzando por Ammán, donde fue recibido por el rey Hussein. Posteriormente, se trasladó a Jerusalén, donde fue recibido por multitudes. Entre los sitios emblemáticos que incluyó en su itinerario están el Santo Sepulcro, el río Jordán, el Getsemaní y Belén. En cada uno de estos lugares, Pablo VI hizo un llamado a la paz y la reconciliación, orando por la unidad entre los pueblos y la superación de los conflictos.

Uno de los momentos más memorables de este viaje fue su encuentro en Jerusalén con el Patriarca de Constantinopla, Atenágoras I. Este encuentro fue un hito en el camino hacia la unidad entre las iglesias católica y ortodoxa. Ambos líderes se abrazaron, recitaron juntos el Padrenuestro en latín y griego, y expresaron su esperanza de que este gesto histórico de fraternidad allanara el camino hacia la plena comunión de las iglesias.

60 años del histórico viaje de Pablo VI a Tierra Santa

60 años del viaje de Pablo VI a Tierra Santa, donde se encontró con el Patriarca de Constantinopla, Atenágoras IVatican News

Juan Pablo II vuelve a su patria en 1979

Este fue el primer viaje de Juan Pablo II a su Polonia natal como Papa. Su visita fue un momento crucial en la historia contemporánea, ya que inspiró un levantamiento pacífico contra el régimen comunista en Polonia. Su famoso sermón en la Plaza de la Victoria en Varsovia, donde exclamó: «Y grito, yo, hijo de tierra polaca, y al mismo tiempo yo: Juan Pablo II Papa, grito desde lo más profundo de este milenio, grito en la vigilia de Pentecostés: ¡Descienda tu Espíritu! ¡Y renueve la faz de la tierra!», es considerado un catalizador clave para el eventual colapso del comunismo en Europa del Este.

Durante su visita, alrededor de un millón de personas se congregaron en el centro de Varsovia para escuchar sus palabras, que no solo tocaron el corazón de la nación, sino que sembraron esperanza en una sociedad desmoralizada. El mensaje del Papa fue claro: no tener miedo y reafirmar la identidad católica y polaca, lo que resonó profundamente entre los jóvenes, a quienes alentó a mirar hacia un futuro mejor.

La Plaza Victoria de Varsovia abarrotada en 1979 con Juan Pablo II

La Plaza Victoria de Varsovia abarrotada en 1979 con Juan Pablo II

Este histórico viaje no solo fue un evento espiritual, sino que también tuvo implicaciones políticas de largo alcance. Tras su visita, millones de polacos se unieron en torno al sindicato Solidaridad, liderado por Lech Walesa, un movimiento que jugó un papel crucial en la caída del comunismo en Polonia. El régimen comunista, que se había presentado durante décadas como defensor de los trabajadores y los pobres, empezó a perder credibilidad frente al creciente apoyo popular al mensaje del Papa y al movimiento sindical.

Cabe recordar que, en 1966, el Papa Pablo VI intentó acudir al país, pero el régimen comunista lo impidió. En 1979, Juan Pablo II también enfrentó presiones del gobierno soviético, que advirtió que su visita podría fracturar la unidad en Polonia. A pesar de estas amenazas y de los intentos posteriores de destruir el movimiento Solidaridad, el régimen no pudo frenar el impulso hacia la libertad y los derechos humanos que empezó a tomar forma tras la visita papal.

Benedicto XVI visita Turquía en medio de fuertes tensiones en 2006

En 2006, Benedicto XVI generó controversia con su discurso en Ratisbona, que se percibió como una crítica a la fe musulmana. Su objetivo era destacar la relación entre fe y razón, en lugar de centrarse en las diferencias entre el cristianismo y el Islam. Su viaje a Turquía se interpretó como un esfuerzo por tender puentes con el mundo musulmán, y la oración del Papa en la Mezquita Azul de Estambul fue un poderoso gesto de respeto y apertura al diálogo interreligioso.

El Papa Benedicto XVI se convirtió en el tercer pontífice en visitar Turquía, después de Pablo VI en 1967 y Juan Pablo II en 1979, aunque su llegada no estuvo exenta de dificultades. A pesar de sus pasadas declaraciones sobre el ingreso de Turquía en la Unión Europea, que para muchos significó un distanciamiento con el mundo musulmán, Benedicto buscó durante este viaje mitigar las tensiones, visitando lugares de relevancia islámica y ortodoxa.

El principal objetivo del viaje de Benedicto XVI fue fortalecer los lazos con la Iglesia ortodoxa, representada por el patriarca Bartolomeo I en Estambul. El Vaticano subrayó que la visita no tenía una motivación política, sino que se centraba en el acercamiento entre la Iglesia católica y las Iglesias orientales, separadas desde el Gran Cisma de 1054. Esta intención de consolidar el cristianismo en un contexto de secularización y creciente influencia del Islam fue parte de un plan más amplio de la Santa Sede para revitalizar los lazos entre las ramas occidentales y orientales del cristianismo.

Benedicto XVI, descalzo, en el interior de la Mezquita Azul de Estambul

Benedicto XVI, descalzo, en el interior de la Mezquita Azul de Estambul

Francisco en tierra hostil en 2021

La visita del Papa Francisco a Irak fue histórica, siendo la primera vez que un Papa visitaba este país. En un contexto de gran inseguridad y tras años de conflicto, Francisco llevó un mensaje de paz, reconciliación y apoyo a la minoría cristiana que ha sufrido enormemente. Este mensaje coincidió con la publicación de su encíclica Fratelli Tutti, que aborda la fraternidad como fundamentos para construir una sociedad más justa y solidaria. Su encuentro con el gran ayatolá Ali al-Sistani, líder espiritual de los musulmanes chiitas en Irak, fue un momento clave para el diálogo interreligioso, y su visita a las ruinas de Ur, la tierra de Abraham, subrayó la importancia de la coexistencia pacífica entre diferentes religiones

Los viajes apostólicos del Papa Francisco, especialmente los internacionales, han sido noticia debido a la elección de destinos significativos. Francisco ha visitado países con poblaciones cristianas minoritarias, como Egipto y Emiratos Árabes, y ha viajado a regiones lejanas de Roma, como Myanmar y Bangladesh, reflejando su interés por las periferias del mundo.

Papa Francisco Irak 5

El Papa Francisco con con el gran ayatolá Ali al-Sistani en su visita a Irak en 2021Vatican Media

En sus once años de pontificado, Francisco ha realizado 45 viajes fuera de Italia, abarcando 64 países, incluyendo destinos como Indonesia y Papúa Nueva Guinea, viaje que está realizando actualmente en septiembre de 2024. Su primer viaje fue a Brasil, apenas cuatro meses después de ser elegido Papa, para la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro. A lo largo de su pontificado, ha reiterado visitas a algunos destinos como Grecia, Hungría y Portugal, y ha hecho énfasis en la importancia de los viajes a lugares cruciales para promover la esperanza y la reconciliación.

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