El Papa convoca una Asamblea Eclesial en 2028 en lugar de un nuevo Sínodo

A nadie se le escapa que el programa aplicado por el Papa Francisco en su pontificado sobre la sinodalidad como método de trabajo habitual para una mayor participación e implicación del pueblo cristiano en la Iglesia era de una ambición sin precedentes.

Hasta ahora, lo cierto es que el resultado está siendo más que satisfactorio. Desde la llegada del Papa Francisco a la Cátedra de Pedro en marzo de 2013 se han convocado cinco Sínodos.

En el año 2014 tuvo lugar la Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos sobre la evangelización de la familia; en 2015 tuvo lugar la Asamblea General Ordinaria del Sínodo sobre la vocación de las familias; en 2018 se celebró el Sínodo de los jóvenes; en 2019 tuvo lugar el Sínodo especial sobre la región Panamazónica; y entre 2023 y 2024 tuvo lugar el Sínodo de la sinodalidad.

Se trata de un recorrido arduo que ahora exige un reposo, para que el objetivo del Papa de que la sinodalidad sea el modo habitual para una mayor participación del pueblo en el proceso eclesial, se consolide.

En ese sentido, la Santa Sede ha comunicado que habrá una pausa en la convocatoria de nuevos Sínodos, que no una interrupción del camino sinodal, y que en octubre 2028, en lugar de un nuevo Sínodo, se convocará una Asamblea Eclesial en el Vaticano. Se opta así «por un proceso de consolidación del camino ya recorrido», se indica en el comunicado difundido por la Sala Stampa vaticana.

Se destaca en el comunicado que, el pasado 11 de marzo, el Santo Padre aprobó la puesta en marcha de «un itinerario de acompañamiento y evaluación» a la búsqueda de una «sinodalidad sea cada vez más comprendida y vivida como una dimensión esencial de la vida ordinaria de las Iglesias locales y de la Iglesia entera».

Ese itinerario, que implicará al conjunto de la Iglesia Católica, concluirá en dicha Asamblea Eclesial en octubre de 2028.

En este proceso, la Santa Sede invita a «proceder juntos como Iglesia entera, armonizando la transposición en los diferentes contextos eclesiales».

La medida, además, está respaldada en lo acordado en el Documento final de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispo, el llamado Sínodo de la sinodalidad.

«El objetivo», se apunta en el comunicado del Vaticano, «es concretar la perspectiva del intercambio de dones entre las Iglesias y en la Iglesia entera».

A lo largo de este camino «todos podrán beneficiarse de la riqueza y la creatividad de los pasos dados por las Iglesias locales, recogiendo los frutos en sus agrupaciones territoriales».

Asimismo, se pretende que este proceso y la Asamblea Eclesial sirvan «para evaluar juntos las decisiones tomadas a nivel local y reconocer los progresos realizados en materia de sinodalidad».

Gracias a este itinerario, «el Santo Padre podrá escuchar y confirmar las orientaciones consideradas válidas para la Iglesia entera», concluye el comunicado.