¿Qué colchón es mejor para nuestra espalda?
Debemos tener en cuenta varios factores, como la dureza o el tipo de material del que está hecho
Es el lugar en el que pasamos entre seis y ocho horas al día de media, además de ser esencial para que nuestro cuerpo descanse y pueda estar listo para el día siguiente. Hablamos del colchón, uno de los elementos más importantes de nuestro hogar.
Por ello, a la hora de comprarlo, debemos tener en cuenta varios factores para saber si nos conviene más uno u otro tipo y favorecer así el descanso. Algo que no parece del todo habitual si miramos los datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), que afirma que más de cuatro millones de personas sufren algún trastorno de sueño crónico y grave en España.
Como es obvio, el tipo de colchón que necesitamos dependerá de la persona, y es que cada uno tenemos nuestras particularidades físicas y nuestras preferencias. Sin embargo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado unas claves para determinar cómo debemos escoger nuestro colchón.
La organización resalta que este ha de ser firme para mantener nuestro peso mientras dormimos. Sin embargo, advierte que no debemos fiarnos de las escalas que ofrecen los vendedores, pues no siempre se corresponden con las medidas técnicas de firmeza.
¿Duro o blando?
En cuanto a la dureza, la OCU considera que los duros son más firmes y duran más tiempo. Además, favorece la ventilación del cuerpo, ya que el contacto del cuerpo con el colchón es menor. Sin embargo, si es demasiado duro habrá partes del cuerpo que no reposen sobre él y podría aumentar la presión sobre hombros y caderas, al convertirse en puntos de apoyo. Este tipo sería el adecuado para aquellos que son más corpulentos y pesados.
Por otro lado, aquellos que son muy blandos harán que nuestro cuerpo se hunda y dificulte los movimientos mientras dormimos. También darán más sensación de calor debido a que estaremos más pegados al colchón y ventilará peor. Estos estarían recomendados para aquellas personas que pesan poco y suelen dormir de lado.
Para la población general, la OCU sugiere los de dureza media, y es que un estudio de The Lancet también respalda esta recomendación al afirmar que aquellas personas que duermen en un colchón de dureza media tienen menos posibilidades de sufrir dolor de espalda en la cama.
¿Muelles o viscoelástico?
Si hablamos del material, surge una duda clásica: ¿de muelles o viscoelástico? Al igual que la dureza, cada uno tiene sus pros y sus contras, por lo que la elección final dependerá de cada persona.
Los viscoelásticos suelen ser más baratos, evitan los puntos de presión y se adaptan muy bien al cuerpo. No obstante, tienen una baja transpiración –por lo que suelen dar calor– y suelen ser pesados.
Los de muelles, por otro lado, tienden a ser más frescos y pesar menos, así como más firmes que los viscoelásticos. Por contra, se adaptan peor a la forma del cuerpo y los precios son más elevados.
Un estudio danés publicado en la revista Spine sometió a varias personas con dolor de espalda crónico a tres opciones durante un mes: espuma viscoelástica, cama de agua y colchón duro. Las conclusiones fueron que la cama de agua y el viscoelástico eran buenos por igual y preferibles al colchón firme.
Para tomar la decisión, lo mejor es ser consciente de las necesidades y las particularidades propias para poder elegir un colchón que se adapte a nuestras características. Asimismo, la elección dependerá del presupuesto que manejemos y este será mayor o menor en función de si el colchón en cuestión va a ser en el que durmamos habitualmente o, por contra, uno en el que solo descansemos de vez en cuando –el de una casa de verano, por ejemplo–.