Tener alto el colesterol puede interferir en la percepción del dolor
La presión sobre las células reduce las señales de dolor, pero el exceso de colesterol puede interferir
Cuando un niño se da un golpe en un columpio o con el pico de la mesa es costumbre frotarle al son del 'cura sana culito de rana'. Este cotidiano gesto podría parecer más de consuelo psicológico, sin embargo la ciencia tiene una explicación al por qué frotar una lesión hace que disminuya el dolor.
Una nueva investigación del Instituto Herbert Wertheim UF Scripps de Innovación y Tecnología Biomédica, publicada en la revista científica eLife, muestra cómo la presión física sobre las células puede reducir las señales del dolor, mientras que los cúmulos excesivos de colesterol en las membranas celulares pueden interferir con ese proceso.
Los descubrimientos del laboratorio de Scott B. Hansen muestran por primera vez que los lípidos o grasas de la membrana celular ayudan a enviar un pulso eléctrico a las células después de experimentar presión y fuerza. La investigación ilumina el camino que toman las señales de dolor desde el lugar de la lesión hasta el cerebro y conecta los muchos actores biológicos involucrados. Es importante destacar que la investigación muestra cómo el exceso de colesterol en las membranas celulares puede interferir con el control del dolor.
«El exceso de colesterol es una característica de muchas enfermedades y trastornos, incluida la diabetes y las enfermedades del envejecimiento», dijo Hansen, profesor asociado de medicina molecular en el Instituto Wertheim UF Scripps. «Esta podría ser una explicación de por qué vemos más dolor crónico en estos grupos».
El poder de la estructura lipídica
El estudio también se suma a la creciente evidencia de que las moléculas grasas que forman las membranas celulares requieren estructura para realizar sus numerosas funciones.
Para sentir dolor, primero hay que sentir la lesión. En segundo lugar, ese mensaje de lesión debe convertirse en una señal que pueda viajar rápidamente por el cuerpo y ser interpretada por el cerebro. La estructura lipídica parece sentir la fuerza y convertirla en una señal. Luego, la señal puede ayudar a activar las propias respuestas de alivio del dolor del cuerpo, siempre que no haya interferencia, disminuyendo la gravedad del dolor.