¿Por qué ahora estamos más cansados? ¿Qué alimentos pueden ayudarnos?
Cuatro de cada diez personas sufren astenia primaveral
Con la llegada de la primavera, la alteración de las temperaturas y el aumento de la exposición a la luz solar pueden causar efectos físicos y emocionales en algunas personas.
Fatiga, somnolencia, insomnio, ansiedad, falta de energía, falta de apetito, tristeza, disminución de la libido o dificultad para concentrarse son algunos de los síntomas que pueden experimentar quienes sufren lo que se conoce como astenia primaveral. Según datos de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación esta enfermedad afecta a 4 de cada 10 personas.
«Estos cambios ocasionan desajustes en los ciclos hormonales, los cuales son canalizados por el hipotálamo, la glándula del cerebro encargada de regular el sueño, el apetito o la temperatura corporal, entre otros. Para disminuir los síntomas es aconsejable llevar a cabo una dieta que sea equilibrada y variada, que aporte los nutrientes y la energía necesaria para sobrellevar esta época», explica Cristina Morillo, nutricionista de BluaU de Sanitas.
Alimentos para combatir la astenia
Ante esta situación, los expertos de Sanitas han elaborado un listado con una serie de recomendaciones nutricionales entre las que se encuentran consumir alimentos ricos en vitaminas y nutrientes, así como una ingesta adecuada de agua para garantizar la hidratación:
- Hidratación: mantener un nivel correcto de hidratación es muy importante de cara a combatir la astenia primaveral. No se debe prescindir de ella y es recomendable beber en función de nuestra sensación de sed (agua o infusiones), evitar la ingesta de bebidas alcohólicas y reservar los refrescos para ocasiones especiales.
- Aguacate: es un alimento imprescindible para combatir este trastorno debido su gran cantidad de vitaminas, alto valor nutricional y su aporte de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, esenciales para el buen funcionamiento metabólico y el control del colesterol, pero cuidado con la cantidad, ya que también es un alimento altamente energético.
- Chocolate negro: el cacao ayuda sobre todo a la concentración. También es capaz de incentivar el sistema nervioso central y mejorar el estado de ánimo, algo relevante ya que la tristeza es uno de los síntomas más comunes de la astenia primaveral. Además, cuanto mayor sea el porcentaje de cacao, mayor valor nutricional tendrá.
- Dátiles: proporcionan una buena cantidad de ácido fólico, magnesio, hierro y vitamina B3. Cabe mencionar que se trata de una buena fuente de energía, pero contiene una gran cantidad de azúcares y calorías por lo que no es conveniente consumirlos en exceso.
- Espárragos blancos y verdes: aportan numerosos nutrientes al mismo tiempo que proporcionan una gran dosis de fibra y antioxidantes. Ayudan a recuperar fuerzas y a estar más positivos gracias a que son ricos en vitaminas C y E.
- Fresas: ayudan a fortalecer el sistema inmunitario y aportan ácido fólico, vitamina C y minerales (magnesio y cobre). Además, se trata de una fruta propia de la temporada primaveral por lo que su riqueza nutritiva es aún mayor.
- Frutos secos: proporcionan gran cantidad de grasas saludables, aminoácidos y vitaminas que dotan de energía al organismo. Por lo tanto, es aconsejable consumir dos puñados de nueces, avellanas, anacardos o pistachos al día, siempre al natural o tostados, pero sin sal añadida.
- Pescado azul: para combatir la fatiga derivada de la astenia primaveral los pescados azules son una muy buena opción, pues contienen gran cantidad de minerales y Omega 3. Este nutriente ayuda a que los niveles de serotonina se mantengan estables combatiendo la depresión y mejorando el estado de ánimo.
- Plátano: aporta múltiples beneficios tales como el triptófano (conocido por ser un antidepresivo natural), la fibra, los minerales o el potasio. Además, se trata de un producto muy energético.
En definitiva, aunque la astenia primaveral es un trastorno temporal y leve, una buena alimentación es la mejor manera de hacerla más llevadera. No obstante, en caso de que los síntomas sigan persistiendo pasados quince días, es aconsejable visitar a un especialista.