Bienestar
¿Cada cuánto tiempo deberías cambiar el estropajo de la cocina?
La cocina es una de las estancias de la casa que más bacterias acumula, por lo que es indispensable mantener una buena higiene
Mantener nuestra casa limpia no siempre es tarea fácil. Para que todas sus estancias se mantengan libres de suciedad es necesario hacer una limpieza a fondo con frecuencia y utilizar los productos y materiales adecuados.
La cocina es una de las estancias de la casa que más bacterias acumula. De hecho, los estropajos y las bayetas pueden albergar hasta 45.000 millones de microbios por centímetro cuadrado. Por este motivo, es necesario limpiar los trapos con frecuencia y cambiar nuestros utensilios de limpieza cada cierto tiempo. Pero, ¿cada cuánto?
Cada cuánto tiempo debes cambiar el estropajo de cocina
Tal y como señala la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), si el estropajo que utilizamos para limpiar nuestros platos no está limpio, no solo no cumplirá su función correctamente, sino que esparciremos esas bacterias que se acumular (aunque la mayoría de ellas, para la tranquilidad de los usuarios, son inofensivas).
Cada vez que utilices el estropajo tras fregar es importante que lo laves y, pasado un tiempo, que lo tires y utilices uno nuevo.
Según una encuesta que realizó la OCU, el 21 % de los españoles renueva el estropajo cuando ya está deteriorado, mientras que el 14 % lo hace después de dos meses y el 29 % justo a los dos meses. Solo otro 14 % lo cambia después de usarlo entre 1 y 3 semanas. ¿La recomendación? Deshacernos de él después de dos semanas, aunque puede haber factores que nos hagan cambiarlo antes, para evitar la contaminación cruzada.
Cómo limpiar tu estropajo
No existe una única manera correcta de limpiar un estropajo para su uso, pero algunas recomendaciones son:
- Utilizar agua caliente y detergente.
- Utilizar agua caliente y bicarbonato.
- Remoja el estropajo en una solución de vinagre de limpieza y agua.
Lo que es muy importante siempre es estrujarlo y dejarlo en un lugar donde pueda secarse completamente para evitar la proliferación de moho.