En alimentación, las categorías con mayores ratios de hurto son el alcohol, las conservas y los chocolates

El chocolate ayuda a liberar serotonina y triptófano

¿Por qué nos apetece dulce después de comer?

Los consejos de una nutricionista para liberarse este hábito

La nutricionista Noemi Esteller, explica en el canal de Youtube de AFS esportSagunt el porqué después de comer o incluso después de la siesta apetece comer dulce. Hay cuatro motivos principales por lo que esto puede ocurrir. El primero es por la composición de esa comida que hemos hecho, el segundo estaría relacionado con comer demasiado rápido; el tercero tiene mucho que ver con el hábito que tenemos de tomar algo dulce después de comer y el cuarto, es lo que los profesionales llaman hambre emocional.

El riesgo de los carbohidratos

Una comida muy rica en carbohidratos simples, como puede ser la pasta o el arroz blanco no integrales provoca un aumento de la glucemia: «El azúcar entra muy rápido en sangre y va a pegar una bajada muy brusca con lo que se consigue un descenso de glucosa en sangre y el cuerpo va a pedir más azúcar». Para evitar ese pico de glucosa, afirma Noemi Esteller, hay que optar por pasta integral y mezclar la pasta con otro tipo de ingredientes como verdura y proteínas como pollo, atún y aportar una parte grasa, como puede ser el aceite de oliva pero también se puede añadir algo de queso o aguacate. Con esto vamos a conseguir que el azúcar suba en sangre y se mantenga sin pegar ese brusco descenso que nos pide más azúcar».

Hay que comer despacio

Cuando comemos muy rápido, afirma la nutricionista, a nuestro cerebro no le llegan las señales de que hemos comido y vamos a pasar por encima de la comida sin ser conscientes: «Lo ideal es hacer una alimentación consciente, sentándose y tomándose un tiempo para comer para que el cerebro procese qué es lo que está comiendo y no se genere una sensación psicológica de hambre», ese hambre psicológico, que no es real, se despierta muchas veces en forma de dulce.

El hábito de comer dulce

Hay que tener en cuenta que el azúcar es adictivo, así que cuanto más azúcar tomamos más pedirá el cuerpo. Si el cuerpo se acostumbra a comer dulce después del almuerzo o de levantarnos de la siesta seguirá pidiendo azúcar: «Hay que habituar al cuerpo a eliminar ese dulce de forma irracional. Se puede tomar una onza de chocolate negro después de comer, no es perjudicial, pero cuando un hábito es irracional hay que intentar racionalizarlo y eliminar una costumbre que se ha adquirido de forma inconsciente», afirma la experta.

El comer emocional

En momentos de bajones psicológicos muchas veces se dice que un pedacito de chocolate levanta el ánimo porque, es cierto que, según explica la profesional, ayuda a liberar serotonina y triptófano qué es lo que nos hace sentirnos bien. Esto es lo que se conoce como hambre emocional. «No hay problema en comer alguna vez un poquito de chocolate, el problema radica cuando se pierde el control de esa ingesta. Por lo tanto, hay que volver a esa alimentación consciente. Me voy a comer la onza de chocolate porque me apetece, pero con un trocito tengo bastante», concluye Noemi Esteller.

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