Psicología
Cómo afrontar el síndrome de la Cenicienta, la necesidad de sentirse protegido
No es una enfermedad mental ni se trata de un trastorno, solo son patrones de conducta que sufren mujeres u hombres por miedo a la independencia
En el año 1950 Walt Disney dio vida al cuento de la Cenicienta. Esta joven de 22 años se caracterizaba por ser una mujer bella, frágil y vulnerable que vivía para servir, sin ningún tipo de proyección personal ni profesional, pero esto cambió cuando llegó un príncipe a su vida encargado de sacarle de su terrible vida y vivir felices para siempre.
Un argumento muy repetido en la mayor parte de las películas de princesas Disney pero con una esencia más marcada. Por ello, la escritora estadounidense Colette Dowling escribió en 1981 un libro titulado El complejo de Cenicienta: El miedo oculto de las mujeres a la independencia. En esta obra, la psicoterapeuta, profesora de una Universidad de Nueva York, explica cada uno de los síntomas.
El complejo de la cenicienta afecta especialmente al miedo que sufren las mujeres u hombres a la independencia. El libro trata de explicar la necesidad de una figura masculina o femenina para que cuide de ellos y les hagan felices, lo mismo que ocurre en la historia de Disney.
Las personas que se sienten identificadas con la Cenicienta o el príncipe que les salva suelen padecer este complejo. Esperan que alguien les libre de su situación actual y les lleve a una mejor forma de vida.
Principales características
Cuando un hombre o una mujer sufre el Síndrome de la Cenicienta, en muchas ocasiones, va ligado a una serie de factores a lo largo de su vida que le hacen tener poco amor propio. Por lo que las características en las personas afectadas son:
- Idolatrar a su pareja: las personas que actúan como la princesa tienden a idealizar a su príncipe. Son capaces de percibir todos los actos de su pareja como perfectos aunque les cause algún daño psicológico.
- Pueden sufrir problemas de independencia. Las personas que se encuentran dentro del cuento de la Cenicienta tienden a depender mucho de las personas, no son capaces de tomar decisiones por sus principios o inquietudes.
- Soledad. Las personas que son dependientes terminan sintiendo soledad, ya que se aíslan de la sociedad. Este síndrome va acompañado de una actitud negativa hacia uno mismo y hacia los demás.
- Es muy usual que presenten una baja autoestima. Este tipo de personas suele tener una mala visión de ellas mismas, dando por hecho que son las culpables de ciertos actos. Esto va a acompañado de una carencia de amor propio. Además, tienen una falta de confianza sobre ellas mismas, por ello necesitan una aceptación del príncipe del cuento.
- Perfil controlador: los hombres o mujeres que tienen el síndrome terminan teniendo celos de su pareja en cada acción que ejecuta, de forma que les acaban controlando de forma casi enfermiza.
Causas del síndrome de Cenicienta
Sufrir esto no es casualidad. Las personas que presentan alguno de los síntomas suelen tener unas causas en común por las que sufren este complejo:
En primer punto, la sobreprotección de los padres. Cuando los padres desde pequeños sobreprotegen a los niños les crean una inseguridad por la que no son capaces de resolver sus problemas personales y laborales. Esto desencadena problemas de confianza y autoestima.
También puede ser una secuela de haber sufrido bullying en algún momento de la vida. Las víctimas de acoso tienden a sufrir una baja autoestima. En el momento que encuentran pareja tienden a desarrollar dependencia de ellas, de la misma forma que lo hizo la princesa Cenicienta con su príncipe cuando le salvó del maltrato por parte de su familia.
Por último, haber sufrido un trauma o una mala experiencia en el pasado también puede llevar a padecer este problema.
No obstante, a pesar de sus consecuencias, el Síndrome de Cenicienta no es una enfermedad mental ni se trata de un trastorno, solo son patrones de conducta que se pueden ir corrigiendo con confianza en uno mismo y amor propio.