Aquellas evocaciones generadas antes de los 3 años pueden quedar en el olvido

Aquellas evocaciones generadas antes de los 3 años pueden quedar en el olvido

¿Por qué olvidamos nuestra infancia? Un estudio de la Universidad de Yale revela las claves

Los recuerdos pueden codificarse en nuestro cerebro durante los primeros años de vida

Aunque durante nuestros primeros años de vida adquirimos una gran cantidad de conocimientos, en la edad adulta no logramos recordar eventos específicos de esa etapa. Durante mucho tiempo, los investigadores han sostenido que esta falta de recuerdos se debe a que el hipocampo, la región del cerebro encargada de almacenar memorias, aún se encuentra en desarrollo hasta bien entrada la adolescencia y, por lo tanto, no puede codificar recuerdos en la infancia. Sin embargo, un estudio reciente de la Universidad de Yale sugiere lo contrario.

En la investigación, los científicos presentaron imágenes nuevas a bebés y luego analizaron si podían recordarlas. Descubrieron que, cuando el hipocampo mostraba mayor actividad al ver una imagen por primera vez, los bebés tenían más probabilidades de reconocerla más tarde.

Estos hallazgos, publicados el 20 de marzo en la revista Science, sugieren que el cerebro sí es capaz de codificar recuerdos en los primeros años de vida. Ahora, los investigadores buscan comprender qué ocurre con estos recuerdos con el paso del tiempo.

El fenómeno por el cual no podemos recordar experiencias tempranas se conoce como amnesia infantil. No obstante, su estudio representa un desafío para la ciencia.

Cuando el hipocampo mostraba mayor actividad al ver una imagen por primera vez, los bebés tenían más probabilidades de reconocerla más tarde

Nick Turk-Browne, profesor de psicología en la Facultad de Yale, director y autor principal del estudio, explica: «El sello distintivo de este tipo de recuerdos, que llamamos recuerdos episódicos, es que puedes describirlos a otros, pero eso no es posible cuando se trata de bebés preverbales».

Para el estudio, los investigadores buscaban una forma robusta de evaluar la memoria episódica de los bebés. El equipo, dirigido por Tristan Yates, entonces estudiante de posgrado y ahora investigador postdoctoral en la Universidad de Columbia, utilizó un método que consistía en mostrar a bebés de entre cuatro meses y dos años la imagen de un rostro, objeto o escena nuevos. Posteriormente, después de que los bebés vieran varias imágenes más, los investigadores les mostraron una imagen previamente vista junto a una nueva.

«Cuando los bebés solo han visto algo una vez, esperamos que lo miren con más atención al volver a verlo», dijo Turk-Browne y agrega: «Por lo tanto, en esta tarea, si un bebé mira fijamente la imagen anterior más que la nueva que está junto a ella, puede interpretarse como que la reconoce como familiar».

Actividad en el hipocampo

En el nuevo estudio, el equipo de investigación, midió la actividad en el hipocampo de los bebés mientras veían las imágenes. Los investigadores evaluaron si la actividad hipocampal estaba relacionada con la solidez de los recuerdos de un bebé. Descubrieron que cuanto mayor era la actividad en el hipocampo cuando un bebé observaba una imagen nueva, más tiempo la observaba cuando reaparecía posteriormente. La parte posterior del hipocampo (la porción más cercana a la nuca), donde la actividad de codificación era más intensa, es la misma área que se asocia principalmente con la memoria episódica en adultos.

Estos hallazgos se observaron en toda la muestra de 26 bebés, pero fueron más contundentes entre los mayores de 12 meses (la mitad del grupo de muestra). Este efecto de la edad está dando lugar a una teoría más completa sobre cómo se desarrolla el hipocampo para favorecer el aprendizaje y la memoria, afirmó Turk-Browne.

Distintos tipos de memoria

Previamente, el equipo de investigación descubrió que el hipocampo de bebés de tan solo tres meses mostraba un tipo diferente de memoria llamado «aprendizaje estadístico». Mientras que la memoria episódica se ocupa de eventos específicos, como, por ejemplo, compartir una comida tailandesa con visitantes de fuera la noche anterior, el aprendizaje estadístico consiste en extraer patrones entre eventos, como el aspecto de los restaurantes, en qué barrios se encuentran ciertas cocinas o la cadencia típica de ser sentado y atendido.

Estos dos tipos de memoria utilizan vías neuronales diferentes en el hipocampo. Estudios previos con animales han demostrado que la vía de aprendizaje estadístico, ubicada en la parte más anterior del hipocampo (la zona más cercana a la parte frontal de la cabeza), se desarrolla antes que la de la memoria episódica. Por lo tanto, Turk-Browne sospechó que la memoria episódica podría aparecer más tarde en la infancia, alrededor del año o más tarde. Argumenta que esta progresión del desarrollo tiene sentido al considerar las necesidades de los bebés.

El aprendizaje estadístico consiste en extraer la estructura del mundo que nos rodeaNick Turk-BrowneProfesor de psicología en la Facultad de Yale

Turk-Browne añade: «Esto es crucial para el desarrollo del lenguaje, la visión, los conceptos y más. Por lo tanto, es comprensible que el aprendizaje estadístico pueda entrar en juego antes que la memoria episódica».

Aun así, el último estudio del equipo de investigación demuestra que el hipocampo puede codificar los recuerdos episódicos antes de lo que se creía, mucho antes de los primeros recuerdos que podemos registrar en la edad adulta. Entonces, ¿qué ocurre con estos recuerdos?

Existen varias posibilidades, afirma Turk-Browne. Una es que los recuerdos no se almacenen a largo plazo y, por lo tanto, simplemente no duren mucho. Otra es que los recuerdos persistan mucho después de la codificación y simplemente no podamos acceder a ellos. Turk-Browne sospecha que podría ser esto último.

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