Estas son las enfermedades, más allá del cáncer, que produce el consumo de tabaco

En los parques, en los bares, en las calles... cada vez que miramos a nuestro al rededor se puede ver a gente fumando, pero la realidad es que poca gente conoce los verdaderos riesgos para la salud que esto conlleva. De hecho, cada año mueren en España aproximadamente 54.000 personas por patologías relacionadas con el consumo de tabaco, y no todas de cáncer.

Lo cierto es que el tabaco puede afectar a los ojos, el aparato digestivo, la piel, los huesos... son enfermedades de las que se habla muy poco, pero que tienen un aspecto importante de la vida del consumidor. Es cierto que el tabaquismo afecta directamente a los pulmones y al corazón y puede proporcionar cáncer de pulmón o enfermedades cardiovasculares. Pero hay muchas más que se deberían tener en cuenta.

Una de las enfermedades que se debe tener en cuenta es la afectación de la piel, y es que las personas fumadoras suelen tener problemas de cicatrización en las heridas además de la aparición precoz de arrugas. Además, el tabaco aumenta el riesgo de padecer osteoporosis y la probabilidad de fracturas óseas.

Aparte de estos problemas, fumar puede estar relacionado con problemas dermatológicos como la pustulosis palmoplantar o la psoriasis y la alopecia.

También puede sufrir complicaciones el sistema nervioso como por ejemplo el desarrollo de Alzheimer y demencia.

El tabaco altera a su vez la capacidad de movimiento y esto hace que eleve la producción de ácido gástrico, lo que puede llevar a un empeoramiento por reflujo gastroesofágico y al desarrollo negativo de la enfermedad de Crohn.

Con respecto a los ojos, el tabaco también aumenta el riesgo de ceguera, miopía, glaucoma, cataratas y uveítis.

Después del cáncer, otro de los grandes problemas está en las enfermedades de boca, nariz y garganta. El tabaco en el ámbito de la otorrinolaringología puede ocasionar otitis media en los fumadores y en sus hijos. Con respecto a la rinosinusitis, los fumadores pueden sufrir trastornos en el gusto y el olfato debido a su exposición directa con el humo.

En lo que se refiere a la laringe, puede producirse el edema de Rinke –una irritación e hinchazón en las cuerdas vocales–.

Aumenta el riesgo de sufrir disfunción eréctil, disminuye la actividad ovulatoria, merma la capacidad del esperma y duplica el riesgo de sangrado durante el embarazo.