Diez formas de proteger tus articulaciones
Si se siguen una serie de consejos desde edades tempranas se podrán evitar problemas en el futuro
Con la edad, es normal que nuestro cuerpo se resienta, y una de las primeras partes en notarlo son nuestras articulaciones. La preocupación por el dolor articular se debe, en su mayoría, a enfermedades reumáticas como la artritis. Pero también al desgaste relacionado con la edad. Para evitar esta situación, es importante ejercitarlas desde la juventud y seguir una serie de pasos para que no sea demasiado tarde. Llevar una vida saludable, tomar complementos alimenticios y practicar ejercicio son algunas de las medidas recomendadas.
Estos son los consejos para cuidar de las articulaciones desde edades tempranas:
1. Hacer deporte. El ejercicio protege las articulaciones y fortalece los músculos alrededor de ellas. La regularidad en su práctica está recomendada, en especial de deportes como la natación o el ciclismo, ya que ayudan a mantener el rango de movimiento y también eliminan presiones articulares. No obstante, la simple actividad de caminar cada día o la realización de deportes de fuerza pueden ayudar a prevenir la osteoartritis, ya que ayudan a engrosar el cartílago de las articulaciones y a preservar la lubricación de las mismas. Por descontado, es de vital importancia calentar antes de realizar cualquier actividad y estirar al terminar.
2. Buenos hábitos posturales. Es importante mantener una buena postura desde edades tempranas para evitar que la columna vertebral se desalinee y, como consecuencia, tensione todas las articulaciones. Los errores de postura más comunes se producen en el trabajo: en el caso de las labores de oficina, conviene colocar la silla y la pantalla en las posiciones correctas para evitar arquear la espalda. A la hora de caminar, se debe evitar echar los hombros hacia adelante o encorvarse, ya que son posturas difíciles de cambiar y que, a la larga, atrofian el cuerpo. Del mismo modo, hay que saber elegir el colchón y la almohada para que se ajuste a nosotros y nos ayude a dormir en una postura cómoda y saludable.
3. Peso. Por motivos obvios, cuanta más fuerza tenga que aguantar el cuerpo, más sufrirán las articulaciones. Es por ello que es fundamental mantenerse en un peso adecuado, ya que cada kilo de más añadirá presión a las rodillas, las caderas, los pies y la columna vertebral. Una forma efectiva de aliviar la tensión en todas estas partes es la bajada de peso, y es que por cada medio kilo que se pierde disminuye cerca de dos en la carga de las rodillas.
4. Tener una alimentación equilibrada. Para prevenir problemas articulatorios es esencial mantener una buena y completa nutrición. La dieta mediterránea, rica en productos vegetales, pan, aceite de oliva, vinagre y el consumo de vino en cantidades moderadas, constituye una buena elección. También es recomendable añadir pescados ricos en Omega 3, como el salmón, la sardina, la caballa o el bacalao.
5. Suplementos alimenticios. Aunque algunos expertos insisten en que con una dieta equilibrada sería suficiente, existen una serie de suplementos que pueden ayudar a mejorar la salud ósea, como la glucosamina, la condroitina, el colágeno o el ácido hialurónico.
6. Mantener una buena hidratación. Los cartílagos contienen un 80% de agua, por lo que, si no estamos bien hidratados, el cuerpo extraerá el líquido necesario de otras partes del cuerpo. Por otra parte, es importante para mantener las articulaciones lubricadas. Los expertos recomiendan asimismo evitar bebidas que deshidraten -como el alcohol- y otros hábitos insanos como fumar.
7. Descansar. El descanso es una actividad fácil y gustosa que beneficia a las articulaciones. Cada día es importante tener un buen reposo, ya que así se favorece la desinflamación. Si además se ha hecho ejercicio, el descanso será aún más requerido para descongestionar los músculos y recuperarse correctamente.
8. Evitar cargar objetos pesados, puesto que repercute directamente en las articulaciones y la espalda. En caso de tener que hacerlo, es de suma importancia una postura correcta, flexionando las piernas y no la espalda. Aun así, conviene sortear estas situaciones con la utilización de herramientas que ayuden a cargar ese peso.
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9. Utilizar menos los zapatos de tacón. Este tipo de calzado tensiona y provoca una mayor presión sobre las rodillas, que ven incrementada la presión ejercida en su cartílago, los tobillos y las caderas. Además, puede aumentar el riesgo de osteoartritis. Los especialistas recomiendan siempre evitar el uso de tacones y utilizar calzado cómodo. En caso de que sea necesario llevar el tacón, deberá ser de dos a cinco centímetros y, si excede de esa altura, se recomienda que tenga mucha base y que su uso se reduzca a un corto período de tiempo.
10. Acudir al especialista. Si ya se siente dolor articular, es recomendable visitar al especialista para que ayude a que esta situación no empeore con el tiempo. Asimismo, si se tiene un trabajo en que se hace gran esfuerzo físico, deporte intenso o ya se han empezado a notar señales de fatiga articular se debería acudir al reumatólogo o al fisioterapeuta para mitigar esos efectos nocivos o para corregir aquellas prácticas que puedan contribuir al desgaste de las articulaciones.