Un neurólogo resuelve las dudas sobre el Lecanemab, el nuevo fármaco para el alzhéimer
La Agencia Europea de Medicamentos comienza la revisión del tratamiento contra el Alzheimer de Eisai y Biogen
El pasado mes de enero la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) comenzaba el proceso de revisión para la autorización de Lecanemab, un tratamiento de Eisai y Biogen en fase de investigación contra la enfermedad de Alzheimer.
Los resultados del estudio 'Clarity AD' de fase III publicados en la revista científica The New England Journal of Medicine en noviembre, mostraron que el fármaco redujo un 27 por ciento el deterioro cognitivo leve en personas con alzhéimer a los 18 meses de tratamiento.
El fármaco redujo un 27 por ciento el deterioro cognitivo leve en personas con alzhéimer a los 18 meses de tratamiento
Lecanemab es un anticuerpo anti beta-amiloide (AB), una proteína clave que se acumula en el cerebro de personas con alzhéimer. El fármaco está en investigación para el tratamiento del deterioro cognitivo leve (DCL) en las primeras etapas de la enfermedad.
En el estudio participaron 1.795 personas con formas tempranas de la enfermedad. Al grupo de tratamiento se le administró una dosis de 10 mg/kg dos veces a la semana de lecanemab, y los participantes fueron separados en grupos de igual número para recibir placebo o lecanemab. A partir de los seis meses, en todos los puntos temporales, el tratamiento mostró cambios altamente significativos desde el punto de vista estadístico con respecto al punto de partida, en comparación con el placebo.
Además, el fármaco también redujo los niveles de amiloide en el cerebro, medidos mediante tomografía por emisión de positrones (PET), en comparación con el placebo, a los 18 meses de tratamiento.
En una entrevista en la revista de divulgación científica Scientific American, Samuel Gandy, un destacado médico e investigador de la enfermedad de Alzheimer de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, explica: «Lo inusual de este fármaco es que se dirige no solo a las placas de amiloide que son un sello distintivo de la enfermedad de Alzheimer, sino también a los grupos de amiloide, llamados oligómeros, que flotan dentro y entre las células cerebrales, junto con las protofibrillas que comparten propiedades tanto de los oligómeros como de las placas».
Respecto a la importancia de la aprobación de este fármaco, el investigador asegura que «este es el primer fármaco dirigido al amiloide que tiene un beneficio estadísticamente significativo para los pacientes» sin embargo, señala que el amiloide no es la historia completa: «Hay otros factores que contribuyen al declive en los pacientes de alzhéimer relacionados con la inflamación y los agregados de enredos de otra proteína, llamada tau, que se acumulan dentro de la célula. Y muchos expertos creen que se requerirá un cóctel de drogas para tener un efecto más firme, me refiero a detener el declive por completo».
El neurólogo es optimista sobre la posibilidad de desarrollar en un futuro fármacos capaces de detener la enfermedad: «Hay evidencia de que las personas que no tienen síntomas de Alzheimer tienen cambios químicos detectables en su líquido cefalorraquídeo o sangre que predicen que la patología ha comenzado. Podría ser posible tratar a esas personas con medicamentos como Lecanemab u otros y que nunca desarrollen ningún síntoma» y concluye: «Esto es lo que estamos buscando pero aún estamos lejos de conseguirlo».