¿Podremos en el futuro modificar la altura de los niños?
Los científicos reducen el grupo de genes potenciales de altura
Existe un refrán en España que dice: «De padres gatos, hijos michinos» y es que cuando hablamos de genética las cartas están echadas desde el momento de la concepción. Así pues, cuando se trata de la altura, nuestro destino está sellado según un estudio que muestra que las células de las placas de crecimiento determinan la longitud y la forma de nuestros huesos y pueden indicar nuestra estatura.
La investigación, publicada en la revista Cell Genomics, identificó «genes de altura» potenciales y encontró que los cambios genéticos que afectan la maduración de las células del cartílago pueden influir fuertemente en la altura adulta.
Nora Renthal, autora principal y endocrinóloga pediátrica que atiende a niños con enfermedades del esqueleto médico en el Hospital Infantil de Boston y la Universidad de Harvard afirma: «La altura es un buen punto de partida para comprender la relación entre los genes, las placas de crecimiento y el crecimiento esquelético porque podemos medir la altura de cada ser humano».
Para identificar los genes asociados con la altura, el equipo analizó 600 millones de células de cartílago de ratón para identificar genes que, cuando se eliminan, pueden alterar el crecimiento y la maduración celular. Se sabe que estos tipos de cambios celulares en la placa de crecimiento conducen a variaciones en la altura humana. La búsqueda arrojó 145 genes, en su mayoría relacionados con trastornos esqueléticos y que son cruciales para la maduración de la placa de crecimiento y la formación ósea.
Comparación genética
Luego, el equipo comparó los genes descubiertos con datos de estudios de asociación de todo el genoma (GWAS) de la altura humana que permite a los investigadores examinar todo el genoma humano para identificar puntos críticos donde se encuentran los «genes de altura» en nuestro ADN. Pero estas regiones pueden contener múltiples genes, lo que dificulta que los investigadores rastreen y estudien un objetivo individual. «Es como buscar la casa de un amigo, pero solo sabes el código postal», afirma Renthal en un comunicado.
Muchos de los genes de altura conducían a una maduración temprana en las células del cartílago
La comparación reveló que los genes que afectan a las células del cartílago se superponen con los puntos críticos del estudio de asociación de genoma completo de altura humana, ubicando precisamente los genes en nuestro ADN que probablemente juegan un papel en la determinación de nuestra estatura. Renthal y su equipo también descubrieron que muchos de los genes de altura sugeridos por el estudio de asociación de genoma completo conducían a una maduración temprana en las células del cartílago. Estos hallazgos sugieren que los cambios genéticos que afectan la maduración de las células del cartílago pueden influir más en la altura.
El equipo planea usar el método para comprender el efecto de las hormonas en las células del cartílago. También investigarán algunos de los 145 genes que no tienen una conexión conocida con el crecimiento del esqueleto. La investigación puede revelar nuevos genes y vías que juegan un papel en los huesos.
«Veo pacientes con displasia esquelética, donde no hay tratamiento porque la genética hizo que sus huesos crecieran de esta manera», dice Renthal. «Espero que cuanto más podamos entender sobre la biología de la placa de crecimiento, más podremos intervenir en momentos anteriores en los esqueletos en crecimiento y la vida de un niño».