Cáncer de cuello uterino

Cáncer de cuello uterino

Nuevas y esperanzadoras formas de luchar contra los cánceres ginecológicos

La inmunoterapia y un nuevo fármaco dirigido parecen beneficiosos en un grupo de mujeres con enfermedad en estadio inicial

Los cánceres ginecológicos, como los de endometrio y cuello uterino, continúan siendo una de las principales causas de mortalidad por cáncer y representan un desafío significativo para la salud de las mujeres a nivel global. Aunque la inmunoterapia ha aumentado considerablemente la supervivencia en muchos tipos de cáncer, como el melanoma, los resultados en pacientes con cánceres ginecológicos han sido más inconsistentes. Por ello, existe un gran interés en identificar las mejores estrategias para aplicar la inmunoterapia en este grupo de pacientes.

Los estudios presentados en el congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) han identificado nuevos grupos de mujeres con cáncer de endometrio y cuello uterino en etapas iniciales que experimentan un beneficio clínico significativo al incorporar la inmunoterapia a los tratamientos estándar. Además, un estudio preliminar en humanos encontró una actividad antitumoral «prometedora» con un nuevo conjugado anticuerpo-fármaco (ADC) dirigido a la proteína claudina 6 en pacientes con cáncer de ovario y endometrio que habían recibido múltiples tratamientos previos.

Cáncer de cuello uterino

Los resultados de un estudio fase 3, aleatorizado y doble ciego, en pacientes con cáncer de cuello uterino localmente avanzado y de alto riesgo, revelaron que la combinación de pembrolizumab con quimiorradioterapia concurrente produjo una mejora clínica significativa en la supervivencia global. A los 3 años, la tasa de supervivencia global fue del 82,6 % en las pacientes que recibieron pembrolizumab, en comparación con el 74,8 % en el grupo que recibió placebo (p=0,0040); todas las participantes fueron tratadas también con quimiorradioterapia.

La Dra. Isabelle Ray-Coquard, presidenta del Grupo de Investigadores Nacionales para la Evaluación de los Cánceres de Ovario (GINECO) en el Centro Leon Bérard de la Universidad Claude Bernard de Lyon (Francia), quien no participó en el estudio, explica: «La mejora en la supervivencia global debería llevarnos a cambiar nuestra práctica clínica lo antes posible»

La combinación de inmunoterapia con quimiorradioterapia establece un nuevo estándar de tratamiento para pacientes con cáncer de cuello uterino localmente avanzado y de alto riesgoDra. Isabelle Ray-Coquard

La experta asegura: «Aunque en etapas iniciales los tratamientos actuales, como la radioquimioterapia, pueden curar la enfermedad, sus efectos secundarios son significativos. Necesitamos aumentar las probabilidades de curación con nuevas opciones de tratamiento que se toleren mejor», y añade: «Las futuras investigaciones deberán identificar qué subgrupos de pacientes con enfermedad localizada se benefician más de la inmunoterapia, y también definir las combinaciones óptimas de tratamiento para maximizar los resultados con inmunoterapia en el futuro».

Cáncer de endometrio

A este respecto, otro estudio aleatorizado de fase 3 en mujeres con diagnóstico reciente de cáncer de endometrio de alto riesgo descubrió que añadir el inhibidor de puntos de control inmunitarios pembrolizumab a la quimioterapia tras la cirugía no mejoraba la supervivencia libre de enfermedad. Sin embargo, el análisis de subgrupos reveló que las pacientes con tumores con reparación de errores de emparejamiento (dMMR) mostraron mejoras clínicamente significativas en la supervivencia libre de enfermedad con inmunoterapia.

Por su parte, la Dra. Elene Mariamidze, oncóloga médica de la Clínica Todua de Tiflis (Georgia) y presidenta de la Escuela Georgiana de Oncología, que tampoco participó en el estudio, afirma: «Aunque este ensayo no es positivo en el conjunto de la población estudiada, nos aporta información importante que indica que las pacientes con tumores endometriales dMMR son más sensibles y reactivas a la inmunoterapia». La doctora sugirió que los resultados orientarán futuras investigaciones con inmunoterapia en cáncer de endometrio en fase inicial.

Aunque reconoce que la inmunoterapia es beneficiosa en algunos cánceres ginecológicos, Ray-Coquard está de acuerdo en que no es para todas las pacientes: «Tenemos que centrarnos en qué subgrupos de pacientes con determinados cánceres ginecológicos se benefician de la inmunoterapia. Los hallazgos sobre el subgrupo con tumores dMMR endometriales recién diagnosticados ofrecen un ejemplo muy valioso de que la identificación de un buen biomarcador nos permite cambiar definitivamente la historia de una paciente», añadió.

«Es fundamental que las mujeres con cáncer ginecológico dispongan de nuevas opciones de tratamiento para mejorar los resultados», subraya la Dra. Mariamidze: «Los cánceres ginecológicos disponen de menos opciones terapéuticas que otros tipos de cáncer, como el de mama. Muchos cánceres ginecológicos presentan altas tasas de recurrencia incluso tras un tratamiento inicial exitoso, lo que subraya la necesidad de desarrollar nuevas terapias que sean más eficaces y también con menor toxicidad».

Un estudio inicial de fase I en humanos con TORL-1-23, un conjugado anticuerpo-fármaco (ADC) que tiene como objetivo la proteína claudina 6, demostró ser bien tolerado y mostró actividad antitumoral en pacientes con cánceres de ovario y endometrio, quienes ya habían recibido múltiples tratamientos y presentaban expresión de dicha proteína.

Cáncer testicular y cáncer de pulmón

La claudina 6 está presente de manera anormal en varios tipos de cáncer, incluidos el cáncer de ovario y el endometrio. Los investigadores señalaron que este estudio, que también incluyó a pacientes con cáncer testicular y cáncer de pulmón no microcítico, evidenció una «actividad antitumoral preliminar prometedora».

«Aunque se encuentra en una fase inicial, este estudio es muy interesante por varias razones», afirmó Ray-Coquard. «En primer lugar, allana el camino hacia una nueva diana para los conjugados anticuerpo-fármaco en cánceres ginecológicos, para los que actualmente disponemos de muy pocos validados. En segundo lugar, los hallazgos sugieren una eficacia potencial en el cáncer de ovario, una enfermedad para la que actualmente tenemos muy pocas opciones de tratamiento».

En su opinión, la claudina 6 reviste especial interés como diana terapéutica porque su expresión es muy baja en las células sanas. Esto significa que atacar la claudina 6 en las células cancerosas puede reducir el riesgo de dañar las sanas, limitando así la toxicidad del tratamiento. «El siguiente paso consistirá en confirmar la respuesta y su duración, evaluar el efecto sobre la supervivencia sin progresión en un grupo más amplio de pacientes con cáncer de ovario y comprobar la seguridad y eficacia en un ensayo clínico aleatorizado de fase 3», añadió Ray-Coquard.

Terapias combinadas

De cara al futuro, Mariamidze afirma: «Creo que las terapias combinadas serán el futuro de los cánceres ginecológicos, con posibles combinaciones de inmunoterapia con quimioterapia o radioterapia y agentes dirigidos. También hay un importante margen de crecimiento en el desarrollo de medicamentos personalizados, como las vacunas neoantígenas y la inmunoterapia personalizada basada en el tipo de tumor y sus características moleculares».

«Los estudios presentados en ESMO 2024 marcan un progreso importante en la investigación del cáncer ginecológico, lo que sugiere que pronto podrían estar disponibles varias opciones de tratamiento nuevas, lo que es muy bueno para nuestras pacientes. El desarrollo de nuevas terapias, como la inmunoterapia, ofrecerá la oportunidad de curar a más pacientes con cáncer ginecológico en fase inicial y, potencialmente, con nuevos ADC prolongar la supervivencia global», concluyó Ray-Coquard.

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