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¿Cómo saber si un niño tiene fimosis? ¿En qué consiste la operación?

La mayoría acaban resolviéndose espontáneamente sin necesidad de hacer una circuncisión

En España, cerca de un 10 % de los niños padecen fimosis al nacer de los cuales aproximadamente la mitad tendrán que someterse a una circuncisión que solucione este problema. La fimosis se define como la imposibilidad de bajar la piel del prepucio del pene, es decir, se trata de una alteración que se da en la piel que rodea al pene.

Los médicos dividen la fimosis en fisiológica y patológica. La primera es la más habitual y se da en los niños al nacer. Según explica el Dr. Daniel Cabezalí Barbancho está causada por una adherencia entre las capas internas del prepucio y del glande, por lo que la retracción completa del prepucio es complicada. Se suele resolverse alrededor de los 5-7 años de edad, aunque el niño puede ser mayor.

La fimosis patológica se produce debido a cicatrices, infecciones o inflamación. La retracción forzada del prepucio puede provocar sangrado o cicatrices. Si el prepucio se hincha al orinar, hay dificultad para hacerlo o infección, puede ser necesario un tratamiento.

Riesgos de forzar la piel

El Dr. Agustín Serrano Durbá, advierte sobre los riesgos de la manipulación forzada de la piel del prepucio: «Puede dar lugar a la aparición de grietas debido al estiramiento forzado de la piel y estas grietas, a su vez, al cicatrizar, dar lugar a cicatrices inelásticas, convirtiendo la fimosis fisiológica y normal del niño en una fimosis secundaria sin más posibilidad de resolución que la cirugía».

En una entrevista en Infosalus, el Dr. Serrano explica que al nacer la piel del prepucio está íntimamente unida al glande formando las adherencias balanoprepuciales: «Se trata también de un proceso fisiológico, cuya resolución es progresiva, y generalmente simultánea a la resolución de la fimosis. Por tanto, tampoco hay ninguna necesidad de resolverlas antes de tiempo pues irán desapareciendo poco a poco con el paso de los años».

De hecho, apunta que la mayor parte de los varones al nacer presentan fimosis, es decir, que la piel del prepucio es estrecha y no se puede retirar para descubrir el glande: «Esto no significa obligatoriamente que el niño vaya a necesitar una operación para resolverlo, pues la mayoría acabarán resolviéndose espontáneamente, por sí solas, y sin necesidad de operar, ni de ser manipulados».

Cómo limpiar el prepucio

Para lograr una higiene adecuada en los menores, los urólogos aconsejan retirar la piel del pene solo hasta donde dé de sí, y siempre sin forzarla. El mejor momento es el baño pues durante el mismo, con agua templada, la piel es más elástica y representa el momento en el que debe retraerse la piel, pero insiste en que siempre sin intención de forzarla.

Tratamiento

El Dr. Daniel Cabezalí Barbancho explica en un artículo en TopDoctors que, en ciertos casos, «se puede intentar retraer el prepucio de forma periódica para intentar conseguir despegar el glande y dilatar la piel prepucial. En ocasiones, se puede aplicar cremas de esteroides en la zona estenótica, pero no todos los casos son idóneos y su abuso puede producir una atrofia del prepucio y una mayor estrechez o fimosis» y añade el urólogo infantil: «El tratamiento no quirúrgico consiste en estirar el prepucio de forma manual con globos u otras herramientas. Las cremas de esteroides tópicos también son una alternativa a la cirugía».

Circuncisión

La circuncisión es el principal tratamiento quirúrgico de la fimosis y consiste en la extirpación total o parcial del prepucio. Otros tratamientos quirúrgicos son la frenuloplastia, cuando el frenillo es demasiado corto, o la prepucioplastia, que consiste en una pequeña incisión a lo largo de la banda de constricción.

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