Volcán Cumbre Vieja
La erupción de La Palma cumple 50 días con cifras trágicas y sin un final a la vista
La lava ha arrasado más de 2.500 edificaciones y ha obligado a desalojar de sus hogares a 7.000 personas desde el pasado 19 de septiembre
La erupción del volcán de Cumbre Vieja, en La Palma, cumplió este domingo 50 días desde que el pasado 19 de septiembre entrara en activo. Tras casi dos meses en los que ni los destrozos eventualmente ocasionados ni la cantidad de lava expulsada se intuyeron en un primer momento, el horizonte sobre su futuro se mantiene incierto pese al tímido y fugaz optimismo mostrado por la comunidad científica la semana pasada.
El 19 de septiembre a las 15:13 hora local la tierra se abrió en una zona de El Paso conocida como Cabeza de Vaca, en el sistema de Cumbre Vieja. Siete semanas después, a fecha 8 de noviembre, las coladas de lava cubren ya 992 hectáreas y 2.719 edificaciones afectadas, de las que la mayoría han sido completamente destruidas. Un impacto que en el caso de las carreteras se traducen en 73,4 kilómetros de vías destruidas y otros 3,3 con posibles daños.
La tragedia humanitaria es brutal. Barrios como El Paraíso, Todoque y parte de La Laguna, en el municipio de Los Llanos de Aridane, han quedado arrasados y son casi 7.000 las personas que han sido evacuadas de sus hogares, de las que más de 2.000 tienen su residencia dentro del perímetro del volcán.
Tras una última semana en la que la actividad eruptiva parecía haber disminuido, los científicos que vigilan su evolución han pedido cautela a la hora de hacer estimaciones, dado que los procesos volcánicos, advierten, son «cambiantes».
Emisiones y terremotos
A lo largo de estos 50 días, la calidad del aire también se ha visto especialmente afectada a causa de las emisiones. Este fin de semana ha resultado especialmente desfavorable en los municipios cercanos de El Paso, Fuencaliente, Tijarafe y Los Llanos de Aridane. La meteorología, no obstante, sigue siendo favorable para la operatividad marítima y aeronáutica.
Otro de los fenómenos originados a raíz de la erupción ha sido la concatenación de terremotos de diversa intensidad de manera casi ininterrumpida. El 'enjambre sísmico' sigue activo al sur de Cumbre Vieja, donde los sismos se están produciendo a profundidades de entre 10 y 15 kilómetros mayoritariamente.
Con todo, el proceso eruptivo prosigue y las lavas transcurren hacia el noroeste, aunque sin afectar a nuevas superficies. En general, todas las coladas se encuentran en la actualidad casi sin movimiento.
En este sentido, el Pevolca no considera que existan datos que apunten a que el término de la erupción volcánica pueda producirse a corto plazo, estimándose como relevante la disminución de la sismicidad pese al sismo de 4,5 a 36 kilómetros de profundidad a última hora del pasado sábado.
Aún es pronto para hablar del final
Carmen López, directora nacional de Vigilancia Volcánica del Instituto Geográfico Nacional (IGN) y portavoz del Comité Científico del Pevolca, recordó que hace apenas unos días hubo un episodio de inflación en la estación más cercana al centro eruptivo (LP03), donde se registró una deformación vertical de 9 centímetros.
López incidió en que episodios como éste reflejan que la dinámica eruptiva todavía es «intensa», por lo que hay que ser «cautos» y esperar para poder decir si las tendencias descendentes de parámetros como la tasa de dióxido de azufre, la deformación o la sismicidad son «suficientes en el tiempo» y si de verdad se van confirmando para poder anticipar el fin de la erupción volcánica.
La directora insistió en mantener la cautela porque dentro de unos días se podría producir un nuevo episodio de este mecanismo dinámico como el vivido recientemente o un sismo de magnitud superior a los que se están produciendo: «Por tanto, todavía no estamos a tiempo para decir que estas tendencias son permanentes». El desastre, por el momento, continúa.