¿Necesitamos una tercera dosis frente a ómicron o una vacuna específica?

Ómicron ya es una realidad. En pocas semanas se convertirá en la cepa dominante desde que fuera identificada hace menos de un mes y todavía no conocemos realmente sus efectos ni su resistencia a la vacuna: solo sabemos que se transmite con mayor rapidez que ninguna otra variante hasta la fecha. Ante esta situación, cabe preguntarse qué recomiendan las autoridades.

De momento, la OMS ha reconocido que la pauta inicial de vacunación completa –una o dos dosis, dependiendo de la fórmula recibida– muestran una reducción inmunitaria frente a ómicron. No obstante, recomienda una dosis de recuerdo para combatir la enfermedad.

Pfizer ha aclarado, preguntada por este periódico, que una tercera dosis de su vacuna «aumenta los títulos de anticuerpos neutralizantes 25 veces en comparación con dos dosis contra la variante ómicron».

«Los títulos después de las dosis de refuerzo son comparables a los títulos observados después de dos dosis contra el virus de tipo salvaje que se asocian con altos niveles de protección. Dado que el 80 % de los epítopos de la proteína de la espiga reconocidos por las células T CD8+ no se ven afectados por las mutaciones de la variante ómicron, dos dosis pueden seguir induciendo protección contra la enfermedad grave», ha explicado.

Sin embargo, esta compañía ha adelantado que siguen avanzando en el desarrollo de una vacuna específica para ómicron «y esperamos tenerla disponible para marzo, en caso de que sea necesaria una adaptación para aumentar aún más el nivel y la duración de la protección».

Es precisamente este último aspecto el que más preocupa a la comunidad científica. Según un estudio del Imperial Collegue de Londres, la inmunidad de la pauta completa solo tendría una efectividad de hasta un 20 % contra la nueva variante. Así, la dosis de recuerdo bloquearía entre el 55 % y el 80 % de los casos.

Frente a la variante delta, la vacuna de Pfizer ofrecía una inmunidad del 96 %. Sin embargo, esta protección iba reduciéndose en el tiempo, haciéndose más evidente frente a la variante ómicron.

De momento la OMS guarda silencio sobre el desarrollo de una vacuna específica, a la espera de obtener más datos de una variante que no lleva estudiada ni un mes.