El impacto del cambio climático es peor de lo que se creía
Un informe de la Naciones Unidas alerta de que algunos daños serán irreversibles si se superan los 1,5º en los próximos años
El impacto del cambio climático es peor de lo que se pensaba, según ha alertado la ONU tras el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático publicado este lunes. La mano del hombre está provocando una disrupción generalizada en la naturaleza que pone en peligro la vida de miles de millones de personas en todo el mundo.
«Este informe entraña una seria advertencia sobre las consecuencias de la inacción», advierte Hoesung Lee, presidente del IPCC. «En el informe se demuestra que el cambio climático constituye una amenaza cada vez más grave para nuestro bienestar y la salud del planeta. Las medidas que se adopten en el presente determinarán la forma en las que las personas se adaptarán y cómo la naturaleza responderá a los crecientes riesgos climáticos», explica.
Y es que, según el estudio, en los próximos veinte años el planeta afrontará riesgos inevitables con el calentamiento de 1,5º. Si se superase –aunque fuera temporalmente– ese nivel, se generarían peligros adicionales, muchos de ellos irreversibles. Este impacto afectaría especialmente en la infraestructura y los asentamientos costeros de baja altitud.
El aumento de las olas de calor, las sequías e inundaciones ha superado los umbrales de tolerancia de plantas y animales provocando la mortalidad en masa de diversas especies. El hecho de que estos fenómenos meteorológicos se produzcan de manera simultánea los hace más complicados de controlar.
«Ya no es posible continuar con medias tintas», explica Lee, «en este informe se hace hincapié en la necesidad urgente de adoptar medidas inmediatas y más ambiciosas para hacer frente a los riesgos climáticos».
Hans-Otto Pörtner, del grupo de trabajo del IPCC, «los ecosistemas sanos son más resilientes al cambio climático y prestan servicios indispensables para la vida, como el suministro de alimentos y agua limpia». «Al restaurar los ecosistemas degradados y conservar, con eficacia y equidad, entre el 30 % y el 50 % de los hábitats terrestres, marinos y de agua dulce, la sociedad puede beneficiarse de la capacidad de la naturaleza para absorber y almacenar carbono, y podemos acelerar los avances en la consecución del desarrollo sostenible, pero es fundamental contar con el apoyo financiero y político adecuado», comenta.
Las ciudades, puntos críticos
Uno de los puntos que destaca el informe es el referido al impacto y los riesgos del cambio climático en las ciudades, donde vive más de la mitad de la población mundial. La salud de las personas que viven, así como los medios de subsistencia o las infraestructuras esenciales se ven cada vez más perjudicados por los peligros derivados de las olas de calor, las tormentas, las sequías y las inundaciones.
«La creciente urbanización y el cambio climático, en conjunto, crean riesgos complejos, especialmente en aquellas ciudades que ya tienen un crecimiento urbano mal planificado, altos niveles de pobreza y desempleo, y una falta de servicios básicos», asegura Debra Roberts, del grupo de trabajo del IPCC.
«Sin embargo, las ciudades también brindan oportunidades para la acción climática: los edificios verdes, el suministro fiable de agua limpia y energías renovables, así como los sistemas de transporte sostenibles que conectan las zonas urbanas y rurales pueden contribuir a una sociedad más inclusiva y justa», añade.
Un margen cada vez más reducido
Los autores advierten que el cambio climático es un desafío mundial que requiere soluciones locales. El desarrollo resiliente al clima es ya de por sí un desafío con los niveles actuales de calentamiento, especialmente limitado si la temperatura supera el grado y medio. Según este informe, en caso de que aumente dos grados, «este desarrollo será imposible».
«La evidencia científica es inequívoca: el cambio climático constituye una amenaza para el bienestar de la humanidad y la salud del planeta. Si se sigue retrasando la puesta en marcha de una acción concertada a nivel mundial, se agotará el plazo breve y en rápida disminución del que disponemos para asegurar un futuro digno», concluye Pörtner