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La brecha salarial, todavía un problema de mentalidad
Los hombres copan sectores como el STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) que tradicionalmente han estado mejor remunerados
Con brecha salarial se entiende la diferencia existente entre lo que cobran, de media, hombres y mujeres, calculada sobre la base de diferencia media entre los ingresos brutos por hora de todos los trabajadores.
Por término medio, las mujeres de la Unión Europea ganan alrededor de un 16 % menos que los hombres, aunque las diferencias entre los diferentes países son bastante significativas. En países como Eslovenia, Malta, Polonia, Italia, Luxemburgo y Rumanía, este porcentaje se sitúa por debajo del 10 %; mientras que en Hungría, Eslovaquia, República Checa, Alemania y Estonia, supera el 20 %.
En España, este porcentaje asciende al 21,46 % y también se observan grandes diferentes entre las diferentes comunidades autónomas. Así, Asturias –con un 29,26 %, Aragón –24,65 %– y Andalucía –24,44 %– son las regiones donde mayor brecha de género se registra frente a Baleares –13,72 %–, Canarias –14,7 %– y Extremadura –17,54 %–, donde menos, según datos del INE.
Pero, ¿por qué se produce esta situación? «Hay que tener en cuenta que no vale con igualdad salarial, sino que hay una serie de complementos a los que, en ocasiones, la mujer no puede acceder en las mismas condiciones que el hombre», explica Yolanda Fernández, profesora de Economía de Comillas ICADE. «A veces esto se produce por la idea del papel que tienen mujeres y hombres en las familias», añade.
Desde la incorporación de la mujer al mercado laboral, esta brecha se ha reducido, pero todavía queda camino por recorrer. «Se están haciendo normas que ayudan a la compatibilización de la familia y el trabajo, pero permanece la mentalidad», comenta Fernández. «Jurídicamente, las mujeres tienen más oportunidades. Pero eso no quita que algunas empresas vean a la mujer con más probabilidades de que no cumpla totalmente».
Esta experta en Economía advierte que hay sectores que, «si no les ponen una normativa enfrente», no van a cambiar, «pero lo importante es el cambio de mentalidad social». «Muchas de las restricciones a las que se enfrentaban antes las mujeres ya son muy raras», comenta.
«En la mayoría de países, las mujeres están muy metidas en la universidad y la mentalidad está cambiando, pero no hay que crear una discriminación a la inversa. El más cualificado tiene que ocupar el puesto», concluye.