Un país inmerso en dos emergencias sanitarias: diferencias entre la covid y la viruela del mono
Los dos virus tienen síntomas muy parecidos, pero a medida que pasan los días la diferencia entre uno y otro es cada vez más clara
Fiebre, dolor muscular, agotamiento físico... la viruela del mono y el coronavirus empiezan de forma muy similar, pero no son el mismo virus a pesar de ser enfermedades víricas. La COVID-19 viene del virus SARS-CoV-2, un virus muy reciente y del que nunca se había tenido conocimiento ni investigación científica. Por el contrario, la viruela del mono surge del virus de la viruela, que apareció en el año 1958 en colonias de monos y más tarde, en 1970, se notificó el primer caso en humanos. Desde entonces los estudios no han cesado.
En España los contagios por viruela del mono, según datos del Ministerio de Sanidad y tres meses después del primer caso, son 6.119. Sin embargo, a los tres meses de empezar el estado de alarma por el coronavirus, había en nuestro país 246.752 contagios (40 veces más). La emergencia sanitaria, por tanto, se declaró por riesgo para otros países, lo que requiere una respuesta internacional con medidas preventivas.
Otro de los aspectos a tener en cuenta es que la viruela del mono ya tenía vacuna, mientras que la solución contra coronavirus, al ser un virus completamente desconocido, fue todo un reto para los médicos y la comunidad científica. No obstante, en menos de un año consiguieron encontrar una solución.
Los síntomas iniciales entre ambos se parecen, pero a medida que avanza la enfermedad se pueden apreciar diferencias. Cuando una persona contrae la viruela del mono tiende a pensar que es coronavirus, ya que suele tener fiebre, cansancio general y dolor muscular. De hecho, los primeros positivos por este virus pensaron que tenían COVID-19.
Las diferencias son notables, ya que con el virus originario de Wuhan los síntomas son parecidos a los de una gripe o constipado. Con la viruela símica aparecen póstulas o lesiones en la piel, concretamente en el tronco, brazos, piernas, genitales, manos o incluso en la planta de los pies. Los síntomas son parecidos a los de la varicela.
Tampoco se parecen en la rapidez de expansión. El coronavirus ha demostrado tener una alta capacidad para contagiar a la población debido a su mutación y a su trasmisión por el aire a través de pequeñas gotículas en suspensión. Se trata de un virus que busca su hueco en la sociedad, expandirse lo máximo posible y resistir a las vacunas, por ello surgen las mutaciones cada vez más fuertes y contagiosas.
En cambio, el virus de la viruela del mono se contagia por el contacto directo con la persona infectada. No obstante, en algunos casos puede contagiarse por aerosoles, pero la exposición con la persona infectada debe ser muy larga. Además, también se puede contagiar a través de contacto con las heridas o las pústulas.
Aún no se sabe si la viruela del mono tiene facilidad para mutar, pero los expertos han asegurado que siguen estudiando el virus.