Día Internacional de la Cobertura Sanitaria Universal
«Nuestro Sistema Nacional de Salud es el mejor del mundo: las huelgas son más una protesta política que otra cosa»
Óscar Mesa reconoce que el personal sanitario no ve recompensado «ni la labor, ni la cualificación ni la responsabilidad que tienen en nuestra sociedad»
Son muchas las voces que siempre han defendido que el sistema sanitario español era uno de los mejores del mundo, tanto a nivel técnico como de universalidad de los servicios. Este lunes se celebra el Día Internacional de la Cobertura Sanitaria Universal, por lo que en El Debate hemos querido analizar el estado de los servicios sanitarios españoles con un experto en la materia.
Óscar Mesa es farmacéutico y CEO de QualitecFarma, una firma especializada en servicios para la industria farmacéutica y biosanitaria cuya actividad se centra en la investigación clínica, la farmacovigilancia y el desarrollo estratégico de nuevos medicamentos y alternativas en distintas áreas terapéuticas, investigación clínica, rondas de financiación para proyectos emprendedores y registro internacional de medicamentos.
Mesa defiende el modelo español y demanda que se destinen más recursos para sanidad, educación y ciencia desde los Presupuestos Generales del Estado, ya que son «la clave del futuro de cualquier sociedad avanzada».
–¿Es realmente la sanidad española una de las mejores del mundo?
–Sin lugar a duda. El sistema sanitario español, que tuvo sus inicios allá por el siglo XV de la mano de los Reyes Católicos y como consecuencia de un cambio de paradigma sanitario tras el Descubrimiento, se ha venido desarrollando y alcanzó su máximo desarrollo cuando desde 1942 se incorpora el pago obligatorio del sistema asistencial a través de la nómina de los trabajadores, la denominada cuota SOE (Seguro Obligatorio de Enfermedad). Desde entonces, la Seguridad Social ha venido dando cobertura a todo ciudadano español trabajador a todos los niveles asistenciales y sin excepción.
–¿Hay muchas diferencias si la comparamos con nuestros vecinos europeos?
–El Sistema Nacional de Salud (SNS) español tiene una cobertura global en España. Eso quiere decir que los trabajadores con nómina pagan por los servicios sanitarios completos, desde atención primaria, atención especializada, de urgencia, prestación farmacéutica, ortoprotésica, oxígeno, transporte de enfermos y otros tantos casos. En España estamos mal acostumbrados porque en otros países, como por ejemplo en algunos de Europa del Este, la cobertura es muy limitada. En el otro extremo se sitúa el sistema sanitario norteamericano, donde la sanidad es prácticamente privada con un salvavidas que es el Medicare, un sistema sanitario público pero también con una cobertura muy limitada. No obstante, en Estados Unidos la renta per cápita es muy elevada y casi el 90 % de la población puede pagar una cobertura privada con acceso a casi el 100 % de los servicios.
–¿Cree que está empeorando la valoración de los ciudadanos a su sanidad por las huelgas que se están produciendo?
–Creo que el Sistema Nacional de Salud español sigue siendo el mejor del mundo y que las huelgas que presenciamos actualmente son más una protesta política que otra cosa. Sin embargo, sí reconozco algo muy importante, y es que los sanitarios en España –donde el total de la población goza de dicho sistema gracias a la solidaridad de todos los trabajadores– son profesionales de altísima cualificación cuyas condiciones distan mucho del reconocimiento que de ellos se hace en el resto de los países. En dos palabras, en España el colectivo médico y enfermería, aun siendo parte del cuerpo de funcionarios del Estado, no ven recompensado en sus condiciones ni la labor, ni la cualificación ni la responsabilidad enorme que tienen en nuestra sociedad.
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–¿Cómo cree que se podrían reducir las listas de espera?
–El gran problema de nuestro actual sistema sanitario radica sin duda en los Presupuestos Generales del Estado. La distribución de los fondos del estado en la actualidad es cuando menos sorprendente. El sistema sanitario al completo en España está en el entorno de los 80.000 millones de euros. La inversión en sanidad, investigación y educación es la clave del futuro de cualquier sociedad avanzada. Sin embargo, recientemente vimos cómo en el Congreso se discutía la negativa del Gobierno a la financiación de algunos medicamentos para el tratamiento del cáncer con motivo de la falta de fondos públicos y una deuda pública exagerada, cuando vemos todos los días que se destinan fondos a cuestiones de dudosa utilidad o al crecimiento exponencial de la estructura del Estado. Más claro aún, más dinero para sanidad e investigación y reducir el peso de la estructura estatal.
–¿Es la atención primaria un pilar fundamental? ¿Se debería invertir más en ella?
–Como he dicho anteriormente el dinero público mejor invertido es la sanidad y la investigación. Esto, junto con la educación de nuestras generaciones futuras, es la base del crecimiento y el desarrollo social y económico. Se debe invertir en atención primaria, para redirigir y actuar de forma específica cada caso, y evitar un abuso del sistema con el consiguiente gasto innecesario. Pero se debe invertir en atención especializada, en retener al talento, retener a los médicos especialistas españoles, se debe invertir en formación, se debe invertir en material, en medicamentos, productos sanitarios, en definitiva, la inversión en sanidad no debería necesitar de aportaciones privadas que en algún caso hemos visto ha sido incluso rechazada incomprensiblemente por miembros del Gobierno. En efecto, eso no debería suceder porque los fondos destinados al desarrollo y mantenimiento del SNS deberían estar por encima de muchos otros y fuera de toda duda o diferencia política, y al servicio del mejor sistema sanitario del mundo, que en honor a la verdad hemos de decir que si se tambalea es precisamente por este motivo, la distribución irregular y en ocasiones intolerable de los fondos públicos.
–La Comisión Europea acaba de aprobar una nueva estrategia sanitaria: ¿cree que percibiremos alguna mejora?
–En principio lo mencionado es un cúmulo de buenas intenciones, o mejor, de buenas palabras. Todo enmarcado en la agenda globalitaria y la agenda 2030 no parece aportar grandes innovaciones más allá de la declaración de salud global para el mundo futuro. De hecho, los tres pilares fundamentales son los siguientes: mejorar la salud y el bienestar de las personas a lo largo de toda la vida; reforzar los sistemas sanitarios y avanzar en la cobertura sanitaria universal; y luchar contra las amenazas para la salud, incluidas las pandemias, aplicando el concepto «Una sola salud».
No parece excesivamente innovador. En mi opinión, el futuro pasa por la colaboración internacional, sin duda alguna en materia sanitaria y de investigación, así como de gestión. Quizá también ahora en materia de pandemias, que parece que hemos decidido que en las próximas décadas va a ser lo habitual, y digo hemos decidido, porque no hay datos que nos hagan pensar que el ser humano vaya a ser objeto de una pandemia cada diez años en el futuro. Lo cual no quiere decir que no debamos estar preparados y redactar procedimientos de lo aprendido.
Pero claramente más allá de esa colaboración internacional, no debemos perder el norte y trabajar sobre la identidad nacional de España como modelo de sanidad pública y defender su estructura apoyando como es debido al sistema con unos presupuestos realmente acordes con esa necesidad. Todo ello redundará en un futuro más seguro, profesionales reconocidos (sin aplausos a media tarde) como realmente merecen y capacidad para sufragar la innovación que vaya llegando sin necesidad de preguntarse si lo podemos pagar o no. Dinero hay, la cuestión es ponerlo donde realmente lo veamos crecer.