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Violencia obstétrica.

Violencia obstétricaLu Tolstova

Sociedad

Igualdad vuelve a la carga contra la violencia obstétrica y pide partos «con perspectiva feminista»

El Ministerio vuelve a la carga contra la «violencia obstétrica» después de que el PSOE rechazara incluirla en la ley del aborto

El Ministerio de Igualdad acaba de publicar el primer número de la Revista InMujeres, un Pravda feminista a cargo del erario que ofrece pistas de cuáles serán los próximos frentes de la cartera que dirige Irene Montero. Editada por el Instituto de Mujeres, este primer ejemplar está centrado en la salud, una ciencia que ha estado «ciega al género durante siglos, aceptando como única visión patriarcal y sesgada de nuestros cuerpos y lo que les rodea».

Los artículos no tienen desperdicio, con referencias a la salud menstrual o las mujeres trans, pero destaca especialmente el titulado La violencia obstétrica es una forma de violencia de género, escrito por la periodista y socióloga Esther Vivas. Se trata de una antigua demanda de ciertos grupúsculos feministas que Igualdad intentó incluir en la reforma de la ley del aborto y se encontró con el rechazo frontal del PSOE en la enésima muestra de disensión en el Gobierno de coalición.

La llamada «violencia obstétrica» es aquella ejercida por un profesional a su paciente durante el proceso reproductivo. Si bien es cierto que la ONU condenó a España por el caso de una mujer que fue sometida a una inducción prematura del parto y cesárea sin su consentimiento, esta circunstancia fue aprovechada por Igualdad para afirmar que en España había «violencia obstétrica».

Lo que la ministra de Igualdad pretendía en la Ley de Salud Sexual y Reproductiva era incluirla como una modalidad de violencia de género, lo que provocó las críticas de médicos, que consideran que no se ajusta a la realidad de la asistencia al embarazo, parto y postparto en nuestro país y «criminaliza las actuaciones de profesionales que trabajan bajo los principios del rigor científico y la ética médica». El PSOE, por su parte, entendió que este término en la ley asumía la mala praxis como algo generalizado y rechazó su inclusión.

Ahora, Igualdad vuelve a la carga. En el citado artículo, se señala que la violencia obstétrica es «una forma de violencia de género que sufrimos las mujeres por el solo hecho de serlo. Consiste en un tipo de violencia silenciada, aceptada y justificada por la sociedad y las instituciones y, a menudo, también por las madres que la sufren, porque nos han dicho que parir es esto».

Asegura que «no se trata de malas prácticas aisladas», sino que «forma parte estructural» de la atención sanitaria. «Es fruto de un sistema patriarcal que menosprecia y vulnera los derechos de todas las mujeres y de un sistema productivista que supedita la vida, y en este caso el parto, al mercado».

«Partos con perspectiva feminista»

Finalmente, la autora revela las verdaderas intenciones de Igualdad: «Necesitamos una atención sanitaria al parto con perspectiva feminista (…) Urgen una atención al parto que comprenda la fisiología del parto, y que dar a luz no sea considerado una enfermedad, ni la mujer una mera paciente. Un parto necesita tiempo, confianza y respeto; no prisas, miedo y violencia».

«Necesitamos un compromiso político y social para acabar con la violencia obstétrica, un compromiso que pase por reconocer que esta existe, que se implementen medidas reales para combatirla, que se forme al personal sanitario en clave feminista y que se destierren intervenciones obstétricas obsoletas. Hace falta más inversión pública para una atención sanitaria de calidad; en particular con una mayor contratación de comadronas y mejores condiciones laborales», concluye.

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