El número de abortos crece tras la pandemia y vuelve a superar los 90.000 al año
La llegada del coronavirus frenó la tendencia ascendente, pero en 2021 se produjeron un 2,17 % más de abortos que el año anterior, unas «cifras terribles de las que deberíamos avergonzarnos», según las asociaciones provida
La pandemia de coronavirus supuso un frenazo a la tendencia ascendente que presentaba la estadística de abortos realizados al año en España y, por primera vez en casi una década, se bajaba de los 100.000. Pero 2021 ha vuelto a ser un curso en el que aumenta esta cifra respecto al periodo anterior.
El número de abortos ha crecido un 2,17 %, según el «Registro Estatal de Interrupciones Voluntarias del Embarazo», que ha publicado este martes el Ministerio de Sanidad, pasando de los 88.269 casos de 2020 a los 90.189 casos durante el pasado año. La tasa también ha aumentado y se sitúa ahora en los 10,70 por cada 1.000 mujeres entre 15 y 44 años, frente a los 10,33 del año anterior.
Unas «cifras terribles de las que deberíamos avergonzarnos y plantearnos seriamente que no puede haber ni recuperación demográfica, ni económica, ni progreso verdadero», según apunta en declaraciones a Europa Press la presidenta de la Federación Española de Asociaciones Provida, Alicia Latorre.
Por comunidades autónomas, Cataluña es, con diferencia, la región con la tasa más elevada de «interrupciones voluntarias de embarazo», con un 13,42 %. Le siguen la Comunidad de Madrid (con el 11,90 %), Baleares (11,56 %), Asturias (11,50 %), Murcia (11,46 %), Andalucía (11,18 %) y Canarias (10,61 %).
Las regiones con menor tasa de abortos durante 2021 fueron Galicia (5,37 %), La Rioja (6,17 %), Extremadura (7,10 %), Castilla y León (7,17 %), Navarra (8,39 %), Cantabria (8,68 %), Aragón (8,79 %), Castilla-La Mancha (8,90 %), Comunidad Valenciana (9,02 %) y País Vasco (10,39 %). Llaman la atención las cifras de Ceuta y Melilla, cuya tasa es del 1,79 %, quizás por el fuerte peso de la población musulmana, de en torno a la mitad del censo.
Como resume Europa Press, respecto a la edad de las mujeres, 312 eran menores de 15 años, 9.076 tenían entre 15 y 19 años, 18.753 entre 20 y 24 años, 19.227 entre 25 y 29 años, 18.641 entre 30 y 34 años, 16.187 entre 35 y 39 años, 7.309 entre 40 y 44 años y 684 eran mayores de 44 años. El 53,97 por ciento eran trabajadoras por cuenta ajena, el 34,63 por ciento tenían bachillerato y ciclos de FP equivalentes, el 47,69 por ciento no tenía hijos y el 65,35 no había tenido ningún aborto previo.
Según Latorre «es urgente terminar con esta situación de injusticia, de devolver los derechos robados a tantos seres humanos y restaurar unas leyes donde la vida humana y su dignidad sean prioritarias». Para ella, estos datos demuestran que España es una tierra que «abandona a las madres, que dedica el dinero a subvencionar la muerte al principio y final de la vida».
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La mayoría, antes de la octava semana
La mayor parte de los abortos tiene lugar durante las primeras semanas del embarazo. Así, el 72,42 por ciento de las mismas se registraron antes de la octava semana de gestación, mientras que sólo el 0,16 por ciento se produjo más allá de la vigésimo tercera semana.
El 90,98 por ciento de los abortos se produjeron a petición de la mujer, el 5,58 por ciento porque la salud y la vida de la embarazada corría un «grave riesgo», el 3,12 por ciento por riesgo de graves anomalías en el feto y el 0,29 por anomalías fetales incompatibles con la vida o enfermedad extremadamente grave e incurable.
Cada vida eliminada es una tragedia, una pérdida irrecuperablePresidenta de la Federación de Asociaciones Provida
El informe publicado por el Ministerio encabezado por Carolina Darias también arroja que los 90.189 abortos incluidas en el Registro Estatal fueron realizadas en 210 centros autorizados, siendo el 84,33 por ciento de los mismos centros privados y el 15,67 por ciento centros públicos.
Para la presidenta de la la Federación Española de Asociaciones Provida, «las cifras siempre hay que valorarlas cuantitativa y cualitativamente y situarlas en su contexto y no olvidar que cada vida eliminada es una tragedia, una pérdida irrecuperable que no se compensa ni sustituye por ninguna otra». «Es importante resaltar esto porque corremos el peligro de quedarnos en la estadística», ha advertido.