Oleada provida en EE.UU. ante la campaña a favor del aborto de Joe Biden
Se espera que de las 900.000 interrupciones voluntarias que hay cada año la cifra descienda hasta los 200.000 tras la sentencia del Supremo
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la vicepresidenta, Kamala Harris, prometieron el pasado domingo luchar por el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo cuando se cumplen 50 años del fallo de la Corte Suprema que lo garantizó hasta que se revocó en 2022.
El país fue partícipe de varias manifestaciones que se llevaron a cabo para conmemorar el caso Roe vs. Wade, que en 1973 consagró el aborto como derecho constitucional en el país y limitó la capacidad legislativa de los estados. No obstante, fue el 24 de junio de 2022 cuando el Supremo derogó la sentencia al considerar que no existía el derecho constitucional.
En Nueva York, aproximadamente 300 personas se reunieron con los mismos temas que enarbolaban las mujeres en la década de 1970: My body, my choice (mi cuerpo, mi elección).
«Hoy debería haber sido el 50 aniversario de Roe vs. Wade», escribió el presidente demócrata en Twitter, en alusión al fallo original. Mientras tanto, la vicepresidenta se mostró tajante en la misma red social: «No retrocederemos en la protección de la libertad reproductiva», aseguró.
Las asociaciones provida se pronuncian
A pesar de sus palabras, la organización March For Live salió a las calles de Washington el pasado viernes, en dirección hacia el Capitolio y el Tribunal Supremo, reflejando que la batalla a favor de la vida sigue. «Este año conmemoramos nuestra victoria más significativa, pero no pararemos», dijo al público la presidenta de March for Life, Jeanne Mancini.
Cuando el Supremo revocó en junio el fallo Roe vs. Wade dejó en manos de cada Estado la decisión de autorizar o no la protección voluntaria del embarazo.
Desde el fallo del Supremo, según datos de Planned Parenthood, la mayor red de clínicas de servicios reproductivos de EE.UU., 18 de los 50 estados han prohibido la interrupción voluntaria del embarazo o lo han restringido severamente, y en 13 de ellos el acceso a ese servicio es en la práctica imposible aunque haya excepciones.
La batalla de los detractores del aborto, tal y como afirmó en el escenario el nuevo líder de la mayoría republicana en la Cámara Baja, Steve Scalise, «ha durado décadas». «Es importante que celebremos cada logro en el camino. Sigamos la lucha y ganémosla», sostuvo.
March for Life calcula que en Estados Unidos hay unos 900.000 abortos cada año y señala que esa cifra se espera que descienda hasta los 200.000 tras la sentencia del Supremo.
Para muchos presentes, el aborto no debe contemplar excepciones ni siquiera en caso de incesto, violación o cuando peligre la vida de la madre: «Siempre hay formas de proteger ambas vidas», añadió Mollie McCain, de 57 años
El movimiento provida va más allá de la abolición total. En palabras de la Sociedad Estadounidense para la Defensa de la Tradición, la Familia y la Propiedad (TFP), presente en la marcha, «no se debe descansar hasta que toda la destrucción moral que llegó con la revolución sexual haya acabado».
La Casa Blanca dejó claro que respeta el derecho a una manifestación pacífica, pero el presidente, Joe Biden, subrayó igualmente que su Administración no parará hasta restaurar el derecho al aborto en todo el país y hasta que el Congreso lo inscriba en la Constitución.