Incendio en Las Hurdes y Gata
Vara cifra en 3.000 las hectáreas afectadas antes de una noche que ha hecho «mucho daño» en Cáceres
«El que lo ha hecho sabía muy bien lo que hacía, cómo lo hacía y cuándo lo hacía», ha señalado el presidente regional
El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ha ofrecido el primer dato sobre la estimación de superficie afectada por el incendio declarado en Pinofranqueado el pasado miércoles, al apuntar que este pasado jueves, a las 19.00 horas, eran ya 3.000 las hectáreas arrasadas.
Esta cifra puede haberse «duplicado o más que duplicado» en las horas siguientes, después de una «noche complicada» por un viento con rachas de 60 km/h que se mantiene durante este viernes, y que ha hecho «mucho daño».
El dirigente extremeño, que ha suspendido su agenda electoral, incluido el acto central de campaña este viernes en Badajoz con la presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con quien ha ahablado de este asunto en varias ocasiones desde ayer para trasladarle su preocupación, se ha desplazado hasta el Puesto Avanzado del Plan de Lucha contra Incendios Forestales (Infoex) para conocer de primera mano la evolución de un incendio que, ha reiterado, ha sido intencionado.
«El que lo ha hecho sabía muy bien lo que hacía, cómo lo hacía y cuándo lo hacía», ha señalado Fernández Vara, quien ha añadido que eligió «una hora en la que estaba empezando la noche» y, por lo tanto, es «muy difícil» para poder responder «con prontitud».
Sobre la investigación para encontrar al responsable o responsables, ha señalado que se pondrán en conocimiento de la autoridad judicial y de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado «toda la información» que vayan teniendo.
Pero la realidad es, ha remarcado, que el fuego comienza «a las nueve y media de la noche, una hora poco propicia para que haya incendios», y un momento en el que «se levanta mucho viento y por tanto es muy propicio para que se pueda desarrollar». Por lo tanto, ha insistido, se «eligió muy bien el cuándo, el cómo y el dónde para saber las consecuencias que esto iba a tener».
Y, aunque «obviamente eso hay que perseguirlo», ahora lo que hay que hacer es «controlarlo e intentarlo apagar», a la vez que «sensibilizar a la población para que tenga el mayor de los reproches, no solo policial o judicial, sino el mayor de los reproches sociales, porque esto hace mucho daño».
Momentos críticos
El presidente extremeño, que ha señalado que son momentos «críticos» para las consecuencias del incendio, en tanto que la experiencia le dice que el segundo y el tercer día de estos grandes incendios «son muy importantes para saber cómo van a ir evolucionando», ha reiterado que el principal enemigo para las más de 500 personas que trabajan para controlar las llamas es el viento, con rachas de hasta 60 km/h, que hacen que sea «muy difícil» prever la evolución del mismo.
Además, ha apuntado que los pinos son «latas de gasolina» y que las piñas son «lanzallamas», razón por la que ha celebrado que sobre el terreno haya unos recursos humanos «muy experimentados» a los que ha agradecido el trabajo que vienen realizando.
Asimismo, ha agradecido «enormemente» la colaboración que están prestando otras comunidades autónomas como Castilla-La Mancha y Castilla y León, y algunas más que están ofreciendo sus servicios, ha dicho, así como la aportación de los ministerios de Transición Ecológica y el de Defensa a través de la UME, que tiene más de 200 personas desplazadas en la zona.
Dispositivo completo
Es, por tanto un dispositivo «muy completo», con 15 camiones, nueve retenes, diez buldozer, seis aviones, ocho helicópteros, dos BRIF, de tal forma que «no es un problema ahora mismo de recursos materiales y humanos», sino un problema de «viento» que está «dificultando enormemente la posibilidad de que se pueda controlar».
Un viento que no ha parado «en ningún momento» y que provocó que en las primeras 24 horas desde el inicio de las llamas ya hubiera arrasado 3.000 hectáreas. A la espera de que se realice una nueva evaluación sobre la superficie afectadas esta tarde, Vara ya avanza que serán muchas más las hectáreas arrasadas tras una noche que ha hecho «mucho daño».
Asimismo, ha confirmado que son cuatro las localidades evacuadas, puesto que a Descargamaría, Robledillo de Gata y Cadalso, desalojadas en plena madrugada, se han unido por la mañana Ovejuela, localidad de la cual 27 personas han sido trasladadas a Pinofranqueado, mientras que los habitantes de los otros tres municipios se encuentran en Moraleja.
También ha detallado que las personas vulnerables de esas tres localidades han sido trasladadas a Coria y Pinofranqueado, así como se va a habilitar para este fin la Escuela de Capacitación de Moraleja, y se mantiene a disposición la tercera planta del Hospital de Coria, al tiempo que se ha «reforzado» el Punto de Atención Continuada de Moraleja.
Con respecto a las evacuaciones, y aunque reconoce que haya gente que «no entienda algunas de las decisiones» que se han tomado y que se tomarán, ha insistido en que se trabaja sobre «el principio de precaución, sobre la defensa de la vida de las personas, sobre su seguridad».
Sobre si se trata de un incendio de «sexta generación», ha señalado que «en alguna de las partes ha habido algo de eso», así como ha indicado que gente «muy experimentada» en incendios forestales le ha comentado que «ha visto cosas que no la habían visto en su vida», en referencia a «cómo ha podido saltar el fuego de un lado y avanzar a una velocidad de vértigo» debido principalmente al viento, que es «el gran enemigo».
Por último, y preguntado por las reivindicaciones laborales de los bomberos forestales, ha señalado que llevan «muchos meses hablando» y que este no es el «día adecuado» para hablar de ello, si bien ha apuntado que «siempre» está dispuesto al diálogo y que habido acuerdos con algunos de los sindicatos. «Yo creo que ahora lo que nos tenemos que preocupar es del incendio que es lo que a todos nos preocupa, con todo el respeto por sus reivindicaciones, que siempre entiendo», ha dicho.