Excluyen a Taiwán de la Asamblea Mundial de la Salud a pesar de «los elogios de la comunidad internacional»

Taiwán ha sido uno de los países del mundo más elogiados por su gestión de la pandemia. A finales del año 2017 y debido a su proximidad con China, fue considerado un país de alto riesgo, pero gracias al brote de virus SARS que vivió en 2003 consiguió actuar con mucho dinamismo y cerró las fronteras.

A pesar de su gran labor y su bajo número de fallecidos, el conflicto político que mantiene con China no le ha permitido participar, un año más, en la Asamblea Mundial de la Salud. Así lo explica a El Debate José María Liu, el embajador de Taiwán en España.

–Se está celebrando en Ginebra (Suiza) la Asamblea Mundial de la Salud, un año más sin la presencia de Taiwán. ¿Cuál es la causa y qué consecuencias tiene tal exclusión?

–Desde 2009 hasta 2016 a Taiwán se le permitió participar como observador en la Asamblea Mundial de la Salud (AMS), pero a partir de 2017, el régimen comunista de Pekín presionó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a la comunidad internacional para que Taiwán no volviera a participar, pese a que ha recibido los elogios de la comunidad internacional por la eficacia de su sistema sanitario y por haber sido capaz de controlar la pandemia de la covid. La exclusión de Taiwán demuestra una total indiferencia con el derecho a la salud de los 23,5 millones de taiwaneses.

–¿Cuál cree que sería la aportación de Taiwán a la OMS?

–La República de China (Taiwán) apoya plenamente los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas relacionados con la salud, y está dispuesto y capacitado para compartir su experiencia para ayudar a la comunidad internacional a trabajar hacia la realización de tales objetivos. Ahora que la pandemia de la covid está disminuyendo y se está acelerando el diálogo sobre el fortalecimiento de los sistemas de salud en todo el mundo, la OMS debería cumplir con su lema de «no dejar a nadie atrás». La inclusión de Taiwán en los mecanismos de la Organización Mundial de la Salud haría que el mundo fuera más saludable, más sostenible y más equitativo.

–¿Cómo afrontó Taiwán la pandemia de la covid-19 y cuál es ahora la situación sanitaria en el país?

–Taiwán mitigó de manera efectiva la propagación de la enfermedad aprovechando su completo sistema de salud pública, su bien capacitado personal sanitario y sus sistemas de vigilancia, investigación y análisis epidemiológicos. El modelo de respuesta antipandémica de Taiwán incluyó un despliegue avanzado y mecanismos de rápida respuesta, además de políticas de control fronterizo, distribución coordinada de recursos médicos y un sistema de colocación de pacientes para prevenir y contener la pandemia en un momento en que las vacunas y los medicamentos antivirales no estaban disponibles.

El pueblo taiwanés desempeñó también un papel fundamental en el éxito del modelo de Taiwán al usar mascarillas, practicar el distanciamiento social, evitar áreas concurridas, seguir las normas de cuarentena y la vacunación. A día de hoy, la situación allí es similar a la de España: podemos decir que hemos recuperado la normalidad. Aun así, el pueblo taiwanés continúa utilizando la mascarilla, a la que ya estábamos habituados antes de la pandemia, no solo para prevenir el riesgo de contagio, sino sobre todo por respeto a los demás y para protegernos de la contaminación característica de las grandes ciudades.

–¿Cómo es actualmente la situación en el Estrecho de Taiwán y la relación de Taiwán con la China continental?

–Utilizando como pretexto que nuestra presidenta Tsai Ing-wen se reunió con el presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU., Kevin McCarthy, durante la escala que hizo en Los Ángeles el pasado mes de abril, China inició de nuevo maniobras militares para cercar a Taiwán, como ya hizo en agosto de 2022 tras la visita de Nancy Pelosi a Taiwán. Como consecuencia, los aviones militares chinos comenzaron a cruzar la línea media del Estrecho de Taiwán tratando de convertir esta situación en habitual y establecer una «nueva normalidad».

Una guerra en Taiwán interrumpiría más del 40 % del comercio mundialJosé María LiuEmbajador de Taiwán en España

Con las presiones militares, económicas y diplomáticas que ejerce sobre Taiwán, China está desafiando claramente el orden internacional y socavando la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán y en toda la región. Sin embargo, el uso de la fuerza militar no es en absoluto una opción para resolver las disputas, porque sabemos que en las guerras nunca hay ganadores, solo perdedores. Nosotros estamos dispuestos a trabajar con China, siempre bajo los principios de racionalidad, igualdad y respeto mutuo, para encontrar una solución aceptable para ambas partes que mantenga la paz y la seguridad en la región y que se oponga a cualquier cambio unilateral y por la fuerza del statu quo en el Estrecho de Taiwán.

–¿Hay riesgo de guerra? ¿Qué consecuencias cree que tendría una guerra en el Estrecho de Taiwán?

–El riesgo de guerra sí existe, pero como miembro responsable de la comunidad internacional, Taiwán no agravará la situación ni instigará la confrontación, sino que seguiremos trabajando con nuestros socios de ideas afines para impedir la expansión autoritaria, defender el orden internacional basado en reglas y garantizar un Indo-Pacífico libre y abierto. Más del 40 % de los productos que se transportan al mundo atraviesan el Estrecho de Taiwán. Además, Taiwán produce más del 60 % de los chips del mundo y el 90 % de los semiconductores más avanzados. Una guerra en Taiwán interrumpiría más del 40 % del comercio mundial.

–¿Cuál es el apoyo que ofrece la comunidad internacional a Taiwán? ¿Se sienten protegidos?

–En respuesta al anuncio de China de realizar maniobras militares, el Departamento de Estado de los Estados Unidos reaccionó de inmediato para instar a China a actuar con moderación y a no modificar unilateralmente el statu quo en el Estrecho de Taiwán. Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reiteró una vez más durante su reciente visita a China que «la estabilidad de Taiwán es de importancia vital y que cualquier cambio unilateral y por la fuerza en el actual statu quo en el Estrecho de Taiwán es inaceptable». Y el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha pedido a las armadas de los países miembros que «patrullen el Estrecho de Taiwán» para «mostrar su compromiso con la libertad de navegación en una zona absolutamente crucial».

Por último, en la cumbre del G7 celebrada en Hiroshima (Japón) el 19 de mayo, los líderes de los países más industrializados del mundo han reafirmado en un comunicado la importancia de la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán como elemento indispensable para la seguridad y la prosperidad de la comunidad internacional, han subrayado que no hay cambios en las posiciones básicas de los miembros del G7 sobre Taiwán, y piden una resolución pacífica de los asuntos en el Estrecho de Taiwán.