La prensa, víctima diaria de pirateos: «Lleva aparejadas penas de cárcel de entre seis meses a cuatro años»

Lo que ocurrió a comienzos de esta semana con la revista ¡Hola! ha removido los cimientos del periodismo. Un PDF en el que se podían ver –sin pagar– todos los detalles de la publicación, en la que se mostraba la exclusiva de la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva, ha circulado por los móviles de media España hasta el punto de ser considerado como «el mayor pirateo de la historia de la prensa».

Lo preocupante de que ese ejemplar haya sido leído por miles de personas de forma gratuita es que es una tendencia al alza y generalizada en otros medios en papel. Y es que existen personas que comparten cada día los principales diarios de forma gratuita a través de WhatsApp o Telegram, existiendo incluso grupos de difusión con este único fin.

Carmen Cuartero, directora de comunicación del Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO), alerta de que la piratería editorial sigue aumentando respecto a otro tipo de obras y ofrece datos que dan idea del problema: la organización ha eliminado de redes sociales en el primer semestre del año 123.243 enlaces a periódicos y 90.196 de revistas.

Algunos usuarios de estos grupos nos apuntan que una de las formas de hacerse con ese PDF o las capturas que luego se comparten masivamente es mediante la operadora ferroviaria Renfe. Uno de los beneficios al viajar en AVE y Larga Distancia es poder leer la prensa nacional a través de los dispositivos móviles, vía mediante la que se comparte posteriormente a otros usuarios.

Una tendencia que complica más aún la situación de algunos medios de comunicación, que ven como su trabajo no les genera ingresos. El hecho de gozar de manera gratuita de la versión impresa en móviles y tabletas evita que esos receptores compren la revista o el periódico impreso o paguen las suscripciones digitales.

Condena de las asociaciones

El Debate ha querido hablar con la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), la agrupación mayoritaria de periodistas en España, que ha rechazado rotundamente este tipo de prácticas: «La APM condena esta práctica. Se posiciona en contra de ejercicios como este de piratería. El respeto a las leyes del copyright forma parte de la deontología del periodismo», sentencian.

Un posicionamiento que se une al del la Asociación de Medios de Información (AMI), que comentando lo que ocurrió con la revista ¡Hola! lo calificó como «la mayor acción de piratería de la historia de la prensa en nuestro país» por medio de la distribución «de forma masiva» de la publicación a través de la red social WhatsApp, propiedad de Meta.

La AMI recuerda que este tipo de acciones es un delito contra la propiedad intelectual y «lleva aparejadas penas de cárcel de entre seis meses a cuatro años», además de multas económicas y de la obligación de resarcir los daños causados. Recalca, por tanto, que se está cometiendo un delito «tanto las personas que se descargan el contenido desde las fuentes de acceso legítimo y lo distribuyen por primera vez como aquellos que lo reciben y lo reenvían».

Además, destacan que este tipo de actos afectan «a la sostenibilidad de la industria editorial» y ponen «en peligro el trabajo de los periodistas». Por ello, esta asociación solicitó, a raíz del caso de ¡Hola!, a Meta «un comportamiento responsable» y le pide que «paralice de manera inmediata la distribución ilegítima de contenidos editoriales y ponga los medios necesarios para evitar que estas conductas se reproduzcan en el futuro».

Un problema en crecimiento que pone en riesgo la continuidad de los negocios editoriales y que, sin el control y la ayuda de Meta y el resto de empresas propietarias de las redes sociales, será imposible de regular.