El fracaso de las vacunas españolas contra la covid: desde la prometida Hipra hasta la olvidada intranasal
Mientras los habitantes de todos los países se contagiaban y morían a causa de un «virus desconocido» los laboratorios españoles comenzaron a crear «prometedoras» vacunas
El pasado mes de mayo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó el fin de la emergencia internacional por coronavirus, una enfermedad que ha provocado el caos desde 2019, cuando Wuhan comenzó a notificar los primeros casos.
Mientras los habitantes de todos los países se contagiaban y morían a causa de un «virus desconocido» los laboratorios españoles comenzaron a realizar las primeras pruebas conseguir vacunas prometedoras que erradicasen el que fuera un problema mundial. Estas vacunas, la prometedora Hipra y la intransal del virólogo Luis Enjuanes, nunca llegaron.
Las buenas noticias llegaron a la farmacéutica catalana Hipra el pasado mes de marzo, la EMA aprobó el primer medicamento español contra la covid después de que el Comité de Medicamentos de Uso humano de la Agencia Europea de Medicamentos (CHMP) le diese el visto bueno. Sin embargo, el pasado mes de febrero, sin saber si se iba a aprobar o no, el Ministerio de Sanidad autorizó la compra de 3,2 millones de dosis de la vacuna.
Al hilo, y según la información que avanzó la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) en un comunicado, el Gobierno se había adherido al acuerdo marco de compra después de haber destinado 14,7 millones de euros en los ensayos. Además, como ya se publicó en este medio, la empresa catalana firmó con la Comisión Europea un acuerdo bajo el cual se ponían a disposición de 14 Estados miembros 250 millones de dosis.
Algo parecido ocurrió con la vacuna intranasal de Enjuanes y su equipo de 16 científicos. A finales del año 2022, el virólogo le explicó a Diario Sur que la vacuna aún estaba sobre el tintero, puesto que necesitaban financiación para sacar su proyecto a la luz y comenzar la prueba en humanos.
Sin embargo, este paso era complejo, ya que para hacer los ensayos clínicos y comercializar la vacuna necesitaban «el apoyo del Gobierno y de una multinacional poderosa». Sin esto, todo se convierte en «una tarea casi imposible», sentenció.
En marzo de 2022, Sonia Zúñiga explicó a El Debate que el equipo trabajaba con la intención de que estuviese lista en el primer trimestre de 2022. No fue así. En 2023 seguimos sin ella. Quedó en el olvido.
Más de un año después, el jefe del Laboratorio de Coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), concedió una entrevista a La Nueva España, donde admitió que «van relativamente lentos».
A pesar de esto, Enjuanes en optimista y asegura que estarán listas a finales de 2024 «en el mejor de los casos», para proteger frente a todas las variantes que vayan surgiendo.