Biden convence a los tribunales para convertir las urgencias hospitalarias de Texas en abortorios

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, rechaza la vida. En 2022, el tribunal federal del estado de Texas, gobernado por el republicano Greg Abbott, dictaminó una orden para impedir que diesen luz verde a la idea de conservador de «obligar a todos los médicos de urgencias» –dejando de lado su ética profesional– del distrito a realizar abortos.

Texas y los otros estados demandantes y en contra de la medida argumentaron que lo que el presidente de EE.UU. pretende es inviable e ilegal, ya que exige que se ejecuten abortos, acto que va en contra de su propia ley, la Ley de Protección de la Vida Humana de Texas. Gracias a esta norma, ya son 139 las clínicas abortivas que han cerrado sus puertas gracias a las campañas de oración que realizan.

Un año después de esta polémica, los abogados del católico Biden vuelven a los tribunales para violar la ley y obligar a Texas a realizar abortos en cualquier circunstancia. Según el medio LifeNew, para asegurar que sus controvertidas prácticas se llevan a cabo se enfrentarán a los abogados del estado durante los alegatos orales en el Tribunal de Apelaciones de EE.UU. del quinto Circuito en el caso Estado de Texas contra Becerra.

Al hilo, y para tratar de frenar la situación, los abogados de ADF International, que representan a la Asociación Americana de Obstetras y Ginecólogos provida y a las Asociaciones Médicas y Dentales Cristianas, comunicaron a LifeNews que este es un caso relativo al uso ilegal de la ley federal para obligar a los médicos de urgencias a realizar abortos.

Para frenar los polémicos movimientos del presidente de EE.UU, pidieron a un tribunal federal de apelaciones que mantuviera en vigor «una sentencia de un tribunal inferior» para impedir a la administración Biden «emplear la Ley de Tratamiento Médico y Trabajo de Emergencia» y obligar así a los médicos a practicar estos infanticidios en contra de su voluntad en los centros sanitarios.

«Los hospitales, especialmente las salas de urgencias, son centros para preservar la vida», recordó al medio Ryan Bangert, vicepresidente senior de Iniciativas Estratégicas de la ADF, que defenderá el caso ante el tribunal.

Además, prosigue, los médicos no deberían verse obligados a «romper el juramento hipocrático», y no tendrían por qué elegir entre «violar sus creencias profundamente arraigadas, enfrentarse a fuertes sanciones económicas o a ser excluidos del programa Medicare –un plan de salud federal–», denuncia.

Siempre que nos ponemos enfermos de gravedad acudir a urgencias es algo natural, los facultativos nos ayudan a recuperarnos y en algunos casos nos salvan la vida. Han estudiado para tratar enfermedades potencialmente mortales, embarazos, pero no el aborto electivo, ya que «no es una atención que salve vidas», subraya el vicepresidente al sitio web. De hecho, concluye, el Gobierno, «no tiene autoridad» para obligar a los médicos a realizar estos peligrosos procedimientos.