Salud
Bolsas de nicotina, la nueva moda que quiere regular la UE en su lucha contra las tabacaleras
La persecución legal a los fumadores está creando mercados paralelos que hasta ahora Bruselas no había ni imaginado
Mientras que cada vez se aplican más restricciones para fumar en espacios públicos en toda Europa, y Bruselas prepara su guerra particular contra las grandes tabacaleras, la industria crea productos paralelos para sortear las limitaciones. La nueva moda son las bolsas de nicotina.
Originarias de Suecia, el mercado se ha triplicado desde 2020 al expandirse por Dinamarca, Reino Unido, Eslovaquia, Croacia y República Checa. El rápido crecimiento ha sorprendido a los funcionarios europeos ya que es un producto que, por el momento, escapa a su control. La preocupación se debe a que las dosis de nicotina -la sustancia adictiva del tabaco- no se controla como en los cigarros y puede conllevar a graves riesgos de salud.
Las bolsas de nicotina -exactamente igual en forma a las de té o cualquier otra infusión- contienen fibras de origen vegetal con diferentes sabores. Una vez las fibras se mojan, la bolsa se sitúa en la parte interior del labio junto a la encía y el producto libera la dosis contenida. En la práctica es igual que cuando antaño se lo colaba una pequeña cantidad de tabaco entre las encías.
Al contener exclusivamente esta sustancia adictiva y no ir aparejado a otro producto ya regulado, la Unión Europea se encuentra desubicada al no saber cómo catalogarlo.
La ventana de oportunidad se encuentra dentro del propio paquete legislativo contra el tabaco y otras sustancias adictivas y con potencial riesgo para la salud. El ejemplo son los cigarrillos electrónicos ya que no contienen tabaco, aunque existen con y sin nicotina. Según fuentes de la Comisión Europea, la intención sería catalogarlos dentro de este paraguas. Otra opción sería restringir o prohibir su venta, tal y como ha ocurrido en Alemania, Países Bajos o Bélgica, pero si el mercado sigue creciendo sería como poner puertas al campo.
La comisaria de Salud, Stella Kyriakides, ha señalado que la creciente popularidad de las bolsas de nicotina plantea «graves problemas de salud pública». En Suecia existe un producto semejante llamado ‘snus’ pero que sí contiene tabaco. La prohibición de su venta a menores de edad quizás pueda extenderse a las mismas bolsas de nicotina.
Pese al potencial riesgo al ser una sustancia adictiva, científicamente no existe consenso sobre su riesgo para la salud. Es decir, en sí misma no es perjudicial en tanto en cuanto no se asocia a otro producto que sí lo sea. Ejemplo: el tabaco.
En sentido contrario se pronuncia el gobierno alemán refiriéndose a un informe del Instituto Federal para la Evaluación de Riegos (Bundesinstitut für Risikobewertung, en alemán) en el que han encontrado que altera el sistema cardiovascular, lo que supone un riesgo para salud de niños, embarazadas y personas con enfermedades cardiovasculares. Los resultados no diferirían en gran parte a la de otros productos que sí se venden siendo altamente adictivos con sustancias tóxicas.
La industria tabacalera ve peligrar así otra forma de negocio. Philip Morris International, British American Tobacco, Imperial Brands y Altria -entre otras-, habían movido ficha en los últimos años en este sector al ser una manera de sortear prohibiciones. Lo que perdían por el tabaco lo reponían con los mercados de la nicotina. Aquí sí existe el potencial riesgo de que a mayor consumo de nicotina, el consumidor decida lanzarse a por otros productos como el tabaco aunque, por el momento, no existe relación directa y la UE no tiene estudios en los que basarse para una prohibición total.
Las tabacaleras verían positivo que se regulara el mercado como el de los cigarros: con un máximo de 20 mg de nicotina en bolsa. Esta cantidad equivaldría a un paquete entero de 20 cigarros (1mg por unidad). Los vaporizadores pueden contener hasta 40 mg de nicotina.