¿Qué está pasando con los granjeros europeos? El motivo detrás de las masivas manifestaciones anti-UE
Miles de europeos que viven del sector agrícola han salido a las calles para denunciar la asfixia de las políticas verdes de la Unión Europea
Los granjeros y agricultores del bloque han tomado las calles de varias ciudades europeas. Están protagonizando una serie de manifestaciones masivas en casi todos los países de la Unión Europea, enfurecidos e insatisfechos por las políticas medioambientales y económicas que afectan al sector.
En Rumanía, la tensión aumenta desde el pasado 10 de enero, cuando agricultores y camioneros iniciaron unas protestas en Bucarest que ahora entran en su tercer día. La situación amenaza con bloquear el país, causando caos en el tráfico e impidiendo al ministerio del Interior rumano comunicarse eficientemente con los manifestantes.
Los agricultores rumanos protestan la falta de control del flujo de granos ucranianos, los ineficientes controles fronterizos, los impuestos a los camioneros y la protección de la agricultura rumana frente a inversores extranjeros. Además, están indignados por el aumento de las primas de seguro y la falta de intervención de la Unión Europea en estos asuntos.
Lo mismo en Berlín
Mientras tanto, en Alemania, los agricultores se están manifestando por motivos similares pero no idénticos: enfrentan presiones económicas debido al aumento de los costos del fertilizante y el combustible, exacerbados por la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
A pesar del incremento de los precios en los supermercados, los rendimientos agrícolas no han aumentado proporcionalmente, lo que dificulta a los agricultores cubrir sus crecientes gastos. Esto afecta particularmente a las granjas más pequeñas. Además, el gobierno alemán quiere eliminar las subvenciones al diésel para 2026 como parte de su política medioambiental, una decisión que ha encontrado una fuerte oposición en la comunidad agrícola.
Luego está Francia, donde las políticas agrícolas de la UE, especialmente las propuestas recientes bajo la Política Agrícola Común (PAC), son vistas como favorables a las preocupaciones medioambientales pero nocivas para las realidades de la agricultura. Estas políticas incluyen la participación obligatoria en programas medioambientales y otras iniciativas similares, lo que aumenta los costos de la agricultura y podría reducir a la mitad el número de agricultores, afectando especialmente a los productores de cereales y enfureciendo a los que trabajan en y viven del sector.
El caso de Alemania
La chispa que encendió la mecha las protestas alemanas es el plan del gobierno alemán de reducir las subvenciones agrícolas, una decisión que forma parte de un esfuerzo más amplio por cumplir con las directrices medioambientales y presupuestarias de la Unión Europea.
Pero eso no es todo. También está sobre la mesa una propuesta para reducir las subvenciones al impuesto de vehículos, algo que los agricultores ven como una carga financiera adicional, considerando la importancia de los vehículos en sus actividades agrícolas.
Por si fuera poco, el gobierno planea también eliminar progresivamente las subvenciones al diésel en los próximos años. El diésel es un combustible esencial para muchas operaciones agrícolas, y el recorte de estas ayudas se espera que incremente los costes operativos para los agricultores.
Estas políticas forman parte de un marco más amplio destinado a adaptarse y alinearse con los objetivos medioambientales de la UE, pero generan ansiedad entre los agricultores sobre el aumento de los costes y la viabilidad financiera.
Distintos motivos
Las protestas en Alemania forman parte de un patrón más amplio de inquietud agrícola en Europa. Encajan con las manifestaciones agrícolas que, a menor escala, han tenido y tienen lugar en los Países Bajos, Bélgica, Irlanda, España y Francia.
En esos territorios, los granjeros y demás trabajadores del sector sufren bajo las diversas restricciones y políticas gubernamentales de la UE relacionadas con el medio ambiente, como la emisión de nitrógeno, el uso del agua y la prohibición de ciertos pesticidas.
Pero en las de Rumanía, los agricultores y camioneros protestan contra un problema más geopolítico: el desplazamiento por parte de empresas de granos ucranianas, resaltando el impacto del bloqueo ruso de los puertos del Mar Negro de Ucrania. También en Polonia los agricultores plantean problemas de competencia desleal con sus homólogos ucranianos, lo que ha llevado a bloqueos fronterizos y protestas a nivel nacional.
Seguir protestando
Las manifestaciones están dando frutos. En Alemania, fueron miles los agricultores que protestaron contra la eliminación de subsidios fiscales, bloqueando carreteras y ciudades con alrededor de 5.500 tractores en Múnich y más de 1.000 en Rhineland-Palatinate, además de una presencia abrumadora en Berlín.
El bloqueo fue tal que llevó al gobierno de Olaf Scholz a reconsiderar parcialmente sus planes de recortar las subvenciones al diésel para vehículos agrícolas. Sin embargo, los agricultores siguen exigiendo la retirada completa de los aumentos de impuestos planeados.
En paralelo, están los grupos ecologistas, que abogan por una reforma en las políticas de subsidios agrícolas y sugieren que se vinculen a criterios ecológicos y sociales, con un enfoque en prácticas de agricultura amigables con el clima.
Mientras tanto, los científicos destacan los impactos negativos del cambio climático en la agricultura, incluyendo problemas como la degradación del suelo, la escasez de agua y el aumento de la frecuencia de eventos climáticos extremos, todos los cuales afectan negativamente los rendimientos de los cultivos.