Esta extraña herramienta nanoquirúrgica podría ser clave para el avance del cáncer
Actualmente, las técnicas para estudiar células individuales suelen destruirlas, lo que significa que solo pueden estudiarse antes o después del tratamiento
La lucha contra el cáncer sigue su senda habitual. Cada vez surgen nuevos avances dispuestos a mejorar la salud de todos los pacientes. Los últimos en dar a conocer un nuevo estudio han sido los científicos de la Universidad de Leeds (Reino Unido). Gracias a sus numerosas investigaciones, han desarrollado una pipeta de doble cilindro de alta tecnología capaz de ver cómo las células cancerosas vivas individuales reaccionan al tratamiento y cambian con el tiempo.
Este nuevo descubrimiento, aplicado al desafío médico global del cáncer, proporcionará conocimientos vitales que podrán ayudar en un futuro a los oncólogos a desarrollar medicamentos contra el cáncer más eficaces.
En el trabajo, publicado en la revista científica Science Advances, explica que esta desconocida herramienta tiene dos agujas nanoscópicas capaces de inyectar y extraer simultáneamente una muestra de la misma célula. Además, posee un alto nivel de semiautomatización de la plataforma, algo que ha acelerado drásticamente el proceso, permitiendo a los científicos extraer datos de muchas más células individuales con mucha mayor precisión y eficiencia de lo que antes era posible, según muestra el estudio.
Actualmente, las técnicas para estudiar células individuales suelen destruirlas, lo que significa que una célula puede estudiarse antes o después del tratamiento. Sin embargo, este avanzado dispositivo puede tomar una «biopsia» de una célula viva repetidamente durante la exposición al tratamiento contra el cáncer, tomando muestras de pequeños extractos de su contenido sin matarla, lo que permite a los científicos observar su reacción a lo largo del tiempo.
Durante el estudio, el equipo multidisciplinario, formado por biólogos e ingenieros, probó la resistencia de las células cancerosas a la quimioterapia y la radioterapia utilizando el glioblastoma (GBM), la forma más mortal de tumor cerebral, como caso de prueba, debido a su capacidad de adaptarse al tratamiento y sobrevivir.