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Varios casos de hombres que se han cambiado de sexo en el RegistroMontaje: Paula Andrade

Del atletismo al ciclismo pasando por la Policía Local de Torrelodones: los grandes fraudes de la ley trans

La primera polémica se dio solo 19 días después de que entrase en vigor la norma

La controvertida ley trans, impuesta por la que fuera ministra de Igualdad, Irene Montero, ha levantado un cierto malestar entre los ciudadanos españoles. Ya no solo en casos como el que se dio hace una semana en Ceuta, donde 37 funcionarios se cambiaron de sexo para beneficiarse de la norma, sino en ámbitos como el deporte o las oposiciones a Policía.

Y es que la ley promesa de Montero, que afirmaba «despatologizar al colectivo» y establecer su «libre derecho a la determinación de la identidad de género», ha resultado ser un fraude. Muy segura de lo que estaba proponiendo, en 2022, días después de que entrase en vigor la ley, Montero garantizó que no iba a haber «ningún hombre» en nuestro país que buscase ir al registro a decir que «es una persona que no es» para disfrutar las ventajas de la mujer. Sin embargo, falló.

Lejos de los deseos de la política, la situación se comenzó a descontrolar. La primera polémica se dio 19 días después de que entrase en vigor la norma trans. Las palabras de la militante de Podemos duraron muy poco. En Torrelodones (Madrid) un varón que acudió a las pruebas físicas para optar a una de las seis plazas de Policía Local se aprovechó del cambio de sexo para obtener mejor nota en las pruebas y acceder al Cuerpo.

Cuando llegó la hora del examen físico, el hombre, en vez de lanzar un balón medicinal con el peso correspondiente al de los varones –dos kilos más pesado que el de las mujeres– acudió directamente a la fila en la que se encontraban las opositoras y cogió la de tres kilos. El resto de compañeros le avisó de que estaba equivocado. Sin embargo, él sabía muy bien lo que hacía. Segundos más tarde sacó de su bolsillo el documento clave. El protagonista tenía una solicitud en curso de cambio de sexo.

Fraudes en competiciones deportivas

Varios expertos en el ámbito ya avisaban de que esto iba a pasar. Una de ellas fue Irene Aguiar, abogada experta en Derecho Deportivo. En este medio, poco antes de que el Congreso de los Diputados diese el «sí» definitivo a la controvertida ley, la letrada aseveró que la categorización en las competiciones solo tiene que ver con «las diferencias biológicas de las mujeres y los hombres». Situación que también incumple esta norma, ya que afecta al derecho de las mujeres en lo que al deporte se refiere.

En este sentido, las malas prácticas comenzaron a salir a la luz. La nueve veces campeona de Wimbledon, Martina Navratilova, denunció en las redes sociales a un ciclista transgénero por ganar una carrera de mujeres en Nuevo México. Tras este suceso, la tenista aseguró que los atletas masculinos identificados como trans «no tienen cabida en los deportes femeninos». Deben competir en su categoría.

Estas declaraciones surgieron después de que Austin Killips, una mujer trans de 27 años, quedase primera en un evento oficial de la Unión Internacional de Ciclismo (UCI) y se quedase esperando una hora a sus rivales en la meta. Así, tras la medalla por ganar la carrera por etapas de Tour of the Gila, la ciclista, cuyo sexo biológico es masculino, recibió 35.000 dólares.

Un caso similar le pasó a la ciclista profesional Hannah Arensman, una joven de 25 años que anunció el pasado mes de marzo su retirada. Después de llevar años preparándose la prueba, la corredora cayó derrotada por una mujer trans. Para más inri, la joven, que aspiraba a estar entre las tres primeras, ni siquiera pudo subirse al podium, ya que dos competidores transexuales le quitaron su puesto, una de ellas Austin Killips.

Fue tal su decepción que la americana, llena de impotencia y desilusión, decidió abandonar la competición, perdiendo así la oportunidad de participar en el Campeonato del Mundo de Ciclocros, uno de los más importantes en esta especialidad.

Dos categorías biológicas en el boxeo

El boxeo no iba a ser una excepción en la polémica y fraudulenta ley trans. El pasado mes de noviembre Katia Bissonnette, doctora en Psicología y boxeadora, se vio obligada a retirarse del Campeonato Provincial Guante de Oro 2023 tras conocer que su oponente, que resultó ser el ganador, era un hombre que decía sentirse mujer.

El día de la competición, la pugilista estaba concentrada y sabía que tenía opciones de ganar. Sin embargo, media hora antes de salir al ring, la situación dio un giro inesperado de 180 grados. Su entrenador le avisó de que iba a competir contra un hombre que se acababa de identificar en el deporte femenino. Esta noticia la desconcertó.

La renuncia de Bissonnette no le sentó bien al contrincante, mucho menos que le delatase. Tas la no competición, la mujer trans denunció a la boxeadora por «delatarlo» en redes sociales. Así, el deportista afirmó que «la mejor política para la autoidentificación de género en el deporte» es que los atletas «confiaran» unos en otros, asumiendo que los partidos se disputan «de manera justa».

El caso español más sonado

La indignación en el mundo del deporte por los problemas que ha traído la ley trans de Montero no cesa. De hecho, parece que va para largo.

En nuestro país también se produjo en verano de 2023 un suceso similar. La española Melani Bergés no viajará este verano a París a los Juegos Paralímpicos de 2024. ¿El motivo? La atleta transexual Valentina Petrillo, de 49 años, ciega y padre de dos hijos, la derrotó en los 200 metros en la categoría T12.

Esta noticia dio la vuelta al mundo, pero la velocista no consiguió recuperar el podio. Tampoco las ocho milésimas de segundo que la separaban de la italiana. La bochornosa situación volvió a evidenciar el problema de la participación masculina en las categorías femeninas. De hecho, la atleta comentó en redes que aunque esto le ha tocado a ella vivirlo, «mañana será otra compañera».

El último caso español sonado fue el de Francisco, una militar sevillana que ha recorrido las televisiones nacionales. La mujer trans consiguió cambiarse el sexo en Registro Civil gracias a la ley de la militante de Podemos. Sin embargo, ha sido lo único que ha modificado, ya que su nombre y su aspecto sigue siendo el mismo, puesto que, según aseguró en el plató, su aspecto físico no le molesta. «Me gusta cómo soy, me levanto y me siento bien», apuntó.

El caso de Francisco no ha pasado desapercibido. Varios periodistas como Sonsoles Ónega o Joaquín Prat han sido fuertemente criticados por decir en directo lo que les parecía esta situación. Sin embargo, este no parece ser un problema para ella, ya que lo que denunció en los programas fue que sus superiores en el Ejército no le dejan utilizar el mismo vestuario femenino que sus compañeras, todas ellas biológicamente mujeres.

El mundo de deporte ya ha alzado la voz contra estas injustas prácticas y categorías, también lo han hecho los opositores y el resto de ciudadanos. A pesar de ello, el Gobierno de Pedro Sánchez sigue avalando la idea de Igualdad de no contar con psicólogos para estudiar los casos de disforia e iniciar, si procede, los cambios de sexo en el Registro Civil.