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Robot Excelsius GPS_2

Robot ExcelsiusCedida

Llega a España el brazo robótico, una técnica que aumenta la precisión en la neurocirugía y cirugía de columna

Esta tecnología es aplicable a pacientes de todas las edades, incluidos niños y personas mayores

En cirugía de columna y neurocirugía, dos campos en constante evolución y desarrollo, es esencial emplear la mejor tecnología disponible para optimizar los resultados en pacientes. La introducción de la cirugía robótica, gracias a los avances tecnológicos, ha aumentado significativamente la precisión quirúrgica en estas áreas, en particular respecto a la realización de implantes y la ejecución de procedimientos de elevada complejidad, que no permiten otras técnicas.

La implantación en hospitales españoles del brazo robótico ExcelsiusGPS, de Grupo PRIM, supone un verdadero hito y marca nuevos rumbos para ambas especialidades. Aunque en Europa ya está más establecida, en España esta tecnología pionera, aprobada por la FDA en 2017, se utiliza por ahora en dos centros madrileños: el Hospital Clínico San Carlos en traumatología y el Hospital de La Paz en neurocirugía y traumatología.

Los pacientes de La Paz están participando en Eurospin, un estudio prospectivo y multicéntrico en el que están involucrados hospitales europeos, que compara parámetros como la precisión, la dosis de radiación y la mejoría clínica de los pacientes intervenidos mediante cirugía robótica y aquellos intervenidos con cirugía convencional.

El doctor Víctor Rodríguez, miembro del servicio de Neurocirugía de La Paz, donde ya se han realizado 50 procedimientos de columna vertebral con esta técnica, ha explicado que, sin duda, la principal ventaja que aporta el brazo robótico, como cirujanos, es «poder trabajar con mayor precisión». Así, ha apuntado que el ExcelsiusGPS se usa principalmente para la implantación «de tornillos transpediculares, que se utilizan en caso de inestabilidad mecánica de la columna vertebral».

Actualmente, se está empezando a utilizar en otras técnicas neuroquirúrgicas, como biopsias en tumores cerebrales, implantación de electrodos de estimulación en enfermedades como el Parkinson y registros de electroencefalografía para tratar la epilepsia. De hecho, el Servicio de Neurocirugía del Hospital de La Paz espera poder realizar la primera cirugía craneal a lo largo del primer trimestre de 2024, para lo que se está formando ya al personal médico que participará en la operación.

Dr Víctor Rodríguez

Dr. Víctor RodríguezCedida

Experiencia de los pacientes

Desde la perspectiva del enfermo, ExcelsiusGPS presenta múltiples ventajas, ya que permite trabajar de forma simultánea al cirujano y la máquina, reduciendo así el tamaño de las incisiones, las infecciones postoperatorias y el tiempo de convalecencia.

El estudio preoperatorio que incluye este robot en su programación permite al especialista planificar al detalle la cirugía, para después llevarla a cabo en un grado de error inferior a 0,5 mm y un acierto que alcanza el 96-100 %, según los estudios publicados. Además, una vez se adquiere experiencia con el robot, se reduce el tiempo de la intervención en un 10 % en comparación con las técnicas convencionales, lo que a su vez contribuye a reducir por 4 veces la dosis de radiación a la que se exponen pacientes y equipo médico durante la operación.

Esta tecnología es aplicable a pacientes de todas las edades, incluidos niños y personas mayores. La experiencia de una joven, que sufrió una fractura vertebral en un accidente de tráfico, demuestra la eficacia del sistema de robot navegador. A pesar de la complejidad de la lesión, la paciente pudo volver a caminar sin problemas 24 horas después de su intervención. Y, a menos de tres meses desde la cirugía, ya se ha reincorporado al trabajo y hace vida normal. En este caso, en concreto, «la precisión en la implantación de los tornillos» ha sido fundamental para «evitar lesiones neurológicas», ha señalado el doctor Rodríguez.

Para Manuel, paciente de 65 años con espondiloartrosis degenerativa, operarse ha supuesto poder volver a caminar. Ta y como ha comentado, «antes, tenía que pararme cada 300 metros, porque sentía un dolor que me agarraba toda la pierna, y al final, se me dormía todo el cuerpo de cintura para abajo. El miedo a caerme me había quitado las ganas de salir de casa. Para mí, y mi calidad de vida, operarme ha sido la mejor decisión».

En cuanto al seguimiento posoperatorio, no existe un protocolo diferente al habitual. Los pacientes son valorados en consultas de seguimiento a las dos o tres emanas, a los tres meses y al año. Los participantes en el estudio Eurospin realizan cuestionarios en los que se incluyen escalas de dolor y preguntas sobre la calidad de vida, con el fin de hacer un seguimiento clínico más estrecho y evaluar su evolución.

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