Henrietta Lacks, la mujer con células inmortales que sirvió para crear vacunas contra el cáncer o el párkinson
Gracias a sus células se han desarrollado vacunas, fármacos contra el cáncer y el párkinson, se ha mejorado la clonación y se han hecho cosméticos
¿Podríamos estar cada vez más cerca de la inmortalidad? Aún es pronto para saberlo, pero todo apunta a que llegará un día que las vidas cambien para siempre. Si esto ocurre, será gracias a personas que permitieron que la medicina progresase. Es tan importante conocer «los avances como a los que lo hicieron posible». Así, lo asegura el profesor Eduardo Díaz-Rubio, oncólogo médico y presidente de la Real Academia Nacional de Medicina de España y presidente del Instituto de España, en su nuevo libro Un viaje hacia la inmortalidad.
Una de las personas que más ha marcado la historia de la medicina, y cuyo legado sigue siendo un tesoro único, es Henrietta Lacks, una mujer afroamericana que falleció de cáncer de cérvix a los 31 años. Sus células cancerosas, llamadas HeLa, fueron extraídas sin su conocimiento ni consentimiento en 1951 y se descubrió que eran inmortales, es decir, se dividían indefinidamente y, hoy en día, 73 años después, lo siguen haciendo.
«Gracias al cultivo de las células HeLa», asevera, se desarrollaron las vacunas para la poliomielitis y el virus del papiloma humano. Ahora, gracias al avance de la ciencia y la medicina, ha sido posible el desarrollo de los anticuerpos monoclonales para tratar el cáncer de mama, las leucemias o el párkinson, la clonación y, además, han sido utilizadas para conocer «la capacidad infecciosa del virus productor del coronavirus», relata este académico.
Henrietta Lacks, de familia pobre y sin recursos económicos, nunca fue consciente de esta extracción, y su familia lo supo 20 años después. Esta mujer, de gran interés, ha aportado mucho al mundo de la medicina, por ello, afirma el oncólogo, «necesitaba contar su historia». Asimismo, asegura que es un hecho único en la historia, «el legado más grande que ha dejado una persona a la medicina sin enterarse, consentirlo ni lucrarse».
Gracias al cultivo de las células esta mujer, los expertos y científicos han obtenido beneficios incalculables para el ser humano. Los científicos conocen el origen de las células HeLa, pero no la mayor parte de la población», afirma.
Al hilo, recuerda que las células HeLa han hecho posibles varias investigaciones sobre el cáncer, el sida, tóxicos, efectos de la radiación, el herpes, la gripe, la hemofilia. Además, han permitido descubrir la telomerasa e, incluso, el hecho de que tengamos 46 cromosomas cuando pensábamos que eran 48. Como información valiosa, puntualiza, se pudieron estudiar «las anomalías cromosómicas».
La telomerasa esconde el secreto de la vida
Estas células se encuentran en todos los laboratorios del mundo y su comercialización, directa o indirecta, genera un negocio de cerca de 10.000 millones de dólares al año (9.300 millones de euros aproximadamente). «Es el primer y más importante cultivo de células tumorales. Si las pusiéramos en línea, cubrirían tres veces la tierra y su volumen equivale a un total de cien Empire States en altura», asegura.
Primer tumor erradicable
En el libro, el presidente de la Real Academia Nacional de Medicina de España también repasa la vida de otras mujeres como la argentina Eva Duarte Perdón, la reina Isabel la Católica o Paulina Borghese, hermana de Napoleón Bonaparte, quienes fallecieron como consecuencia de un cáncer de cérvix.
La mayoría de la población mundial, más del 70 %, está infectada por el VPH. En la mayoría de los casos desaparece y es erradicado por nuestro sistema inmunitario, pero cuando esto no ocurre puede dar lugar a cáncer de cérvix en la mujer, a cáncer de pene en el hombre, y en ambos casos de ano y orofaringe.
Afortunadamente, hoy la prevención, el diagnóstico temprano y la cura son posibles. Según la OMS, la vacuna del VPH, desarrollada gracias a las células HeLa, podría ayudar a que este cáncer se convirtiera en el primer tumor erradicable. «El reto está ahora en llegar a todos los rincones del mundo», revela este oncólogo.
La telomerasa esconde el secreto de la vida
Otro tema de máximo interés es el envejecimiento. Si las células cancerosas de Henrietta Lacks son inmortales, ¿la inmortalidad biológica es posible? Para tratar de responder a esta cuestión, el profesor Díaz Rubio asegura que la telomerasa esconde «el secreto de la vida», ya que es el santo grial, en ella está «la clave para conseguir la inmortalidad».
En este sentido, el experto oncólogo asegura que su disminución es la que hace que las células adultas se vuelvan «senescentes y pierdan la división celular». Por eso estas células están destinadas a la muerte (apoptosis) y a ser sustituidas por células madre.
Es un tema apasionante en el que con toda seguridad avanzaremos mucho en los próximos años
Sin embargo, no siempre ocurre eso y estas células pasan a un estado de «zombis» desde donde generan una mala influencia sobre otras células a través de la producción de moléculas inflamatorias y citoquinas, creando un ambiente tan adverso para otras células que pueden bajo esta influencia transformarse en cancerosas. Es entonces cuando se produce una «reprogramación celular y las células cancerosas aumentan su dotación en telomerasa», comenta.
De hecho, las células HeLa, gracias a la telomerasa, crecen cada vez con más fuerza y agresividad y todo hace pensar que efectivamente son inmortales. Es un nuevo linaje que con el tiempo va cambiando su genoma y se van haciendo más fuertes.
Por todo ello, numerosos laboratorios de investigación del mundo están centrados en los trabajos con esta enzima. «Sabemos que la telomerasa puede rejuvenecer a los ratones», afirma. Sin embargo, el riesgo al que se enfrentan es que produzca tumores. A pesar de ello, es «un tema apasionante en el que con toda seguridad avanzaremos mucho en los próximos años», concluye.