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07 de julio de 2024

Velas y peluches en un altar improvisado

Velas y peluches en un altar improvisadoEFE

Los filicidios que cometen las madres no aparecen en las estadísticas oficiales

Las progenitoras que asesinan a sus hijos no están incluidas dentro del censo de violencia vicaria porque esta se considera un tipo de violencia de género

En una sociedad radicalizada hacia el feminismo más agresivo, a veces levantar la voz contra las injusticias cometidas por mujeres se ve como un acto machista o misógino. Pero lo cierto es que los diferentes ministerios de Igualdad encabezados por la izquierda, y especialmente el que ha dirigido Podemos, con Irene Montero a la cabeza, han terminado por acentuar algunos de estos atropellos.

Es lo que ocurre, por ejemplo, con las cifras de filicidios –muertes del propio hijo por parte del padre o de la madre– en España. Este tipo de crímenes son antinatura e inusuales, y suelen generar un nivel de conmoción generalizada entre la población. Sin embargo, una parte de estos asesinatos está invisibilizado por las cifras con la connivencia del Gobierno de España.

Cada cierto tiempo, el Ministerio de Igualdad, ahora dirigido por la socialista Ana Redondo, aporta datos sobre violencia vicaria. Sin embargo, ahí solamente se reflejan los casos de padres que han asesinado a sus hijos para provocar un daño a su pareja o expareja. Se considera, por ende, un tipo de violencia de género, lo que hace que otro tipo de filicidios no estén incluidos en esos números.

Como consecuencia, si una madre mata a sus hijos para hacer daño a su pareja, no cuenta como violencia vicaria y, por tanto, no consta en ese recuento. Hasta mediados de abril se habían producido 12 filicidios, de los cuales cinco habían sido producidos por sus madres, por lo que tan solo siete se incluyeron en las estadísticas oficiales como violencia vicaria.

Casos parejos

El obviar los casos de madres que asesinan a sus hijos podría llegar a entenderse en el caso de que fuera algo anecdótico, inusual o inexistente. Pero no es así. La realidad es que las cifras son muy similares, como hemos visto en lo que llevamos de 2024. Pero si se analizan datos echando la vista atrás, esta conclusión se repite.

El Ministerio de Justicia admitió que, de 50 filicidios acreditados por sentencia firme desde el año 2007 al 2022 en España, 26 menores fueron asesinados por sus madres, mientras que 24 padres han acabado con la vida de sus descendientes. Esto supone que incluso el número de madres asesinas de sus hijos fue mayor en ese período que en el caso de los padres.

Año a año, el ocultamiento es más evidente: en 2019 hubo 22 filicidios, pero solo se contabilizaron cuatro, aquellos que se encuadraron como violencia vicaria. En 2021 sucedió lo mismo: 17 progenitores asesinaron a sus hijos, pero solo se reconocieron siete.

Ante esto, la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género continúa ofreciendo datos sesgados, ocultando otros casos que también ocurren, por desgracia, en nuestro día a día. El Instituto Nacional de Estadística (INE), por su parte, tampoco ofrece este tipo de números, ya que no hace distinción entre géneros o analizando la relación entre la víctima y el homicida. Una situación que genera la invisibilidad de aquellos menores fallecidos a manos de sus madres, un acto tan horrendo como cuando ocurre por parte del varón. Una medida que se toma en pro del feminismo y que, una vez más, se ha ido de las manos de los gobernantes.

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