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Piscina hinchable en una terraza

Piscina hinchable en una terraza

Arquitectos alertan del peligro de instalar piscinas hinchables en terrazas y balcones

Los expertos extienden el riesgo a azoteas e incluso a patios de chalés adosados, ya que el peso puede hacer que los muros de carga terminen cediendo

El calor aprieta en verano, como es habitual cada año, y muchos se las ingenian para intentar mitigarlo en sus hogares. Aires acondicionados y ventiladores acompañan a otros inventos más caseros como el cubo de hielos o la manguera, que ayudan a bajar unos grados en el ambiente.

Pero hay otros que no se conforman con esto y deciden comprarse piscinas hinchables. Una solución al calor efectiva y apetecible si contamos con un jardín, pero muy peligrosa si utiliza como no se debe.

Sólo 20 centímetros de agua supondrán una sobrecarga de 200 kilos por metro cuadrado, cuando las estructuras de los edificios, según el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), están preparados para soportar una sobrecarga de uso de entre 100 y 200 kilogramos.

La misma piscina, pero con una profundidad de 50 centímetros, hace que la sobrecarga de peso ascienda hasta los 500 kilos, media tonelada, con lo que los posibles daños serían más intensos, comprometiéndose la estructura del edificio. Según Fernando Landecho, arquitecto y vocal de la Junta de Gobierno del COAM, «cuanto más profunda sea la piscina, el riesgo y la posibilidad de un accidente grave aumenta exponencialmente».

Landecho, especialista en la conservación de edificios, advierte también del «elevado coste que supone reparar las afectaciones de peso del inmueble: cuanto mayor sea el daño de la estructura, más costosa será su reparación».

Francisco Hernández, vocal del Colegio de Administradores de Fincas de Santa Cruz de Tenerife, admite a Efe que supone un peligro tremendo instalar este tipo de piscinas en terrazas, balcones o azoteas sin una supervisión técnica. En todo caso, subraya, habría que consultar con un aparejador o un arquitecto para que emitan un certificado en el sentido de que esa estructura en particular soporta el extrapeso que se está pensando colocar.

Riesgo en pisos y adosados

Pero el problema no es solo para las viviendas en vertical, pues colocar una piscina portátil en una casa terrera o en un adosado al lado de un muro de carga puede hacer que este se desplace y se acabe desplomando. En este caso debería instalarse en el centro de un jardín o terreno a bastantes metros de una pared de este tipo, precisa.

«La seguridad del edificio debe ser prioritaria y por tanto, antes de instalar una piscina hinchable es imprescindible contar con un estudio técnico que garantice que la zona elegida puede soportar el peso y respetar las limitaciones en cuanto a las dimensiones y al uso del agua que se establezcan», explica presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Administradores de Fincas, José Feria.

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