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La trombosis es una afección que ocurre cuando se forma un coágulo de sangre en una vena profunda

La trombosis es una afección que ocurre cuando se forma un coágulo de sangre en una vena profundaCreative Commons

Día Mundial de la Trombosis

El embolismo pulmonar, efecto de la trombosis venosa profunda, ya es la tercera causa de muerte cardiovascular

El tratamiento estándar y de eficacia probada que se aplica a todos los pacientes con esta enfermedad son los fármacos anticoagulantes

Este domingo, se celebra el Día Mundial de la Trombosis, una efeméride muy desconocida que trata de conciencia a la sociedad sobre una enfermedad que a menudo se subestima y malinterpreta. Esta afección, poco reconocida, cuyo diagnóstico es de 54 casos por cada 100.000 habitantes, puede provocar, en el peor de los casos, un embolismo pulmonar, la tercera causa de muerte cardiovascular.

La trombosis venosa profunda (TVP) consiste en la formación de coágulos de sangre (trombos) en las venas profundas de la extremidad inferior (vena femoral, vena poplítea o vena iliaca), aunque con menos frecuencia también puede afectar las venas del cuello (yugular), de la extremidad superior (vena axilar, subclavia o basílica) o del abdomen o la pelvis.

Según explica la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (Servei) la incidencia de un primer caso de trombosis venosa profunda de miembros inferiores se sitúa entre los 50 y 100 casos por 100.000 habitantes al año. Las cifras no son insignificantes, ya que esta afección junto con el embolismo pulmonar constituyen la tercera causa de muerte cardiovascular, solo superadas por el infarto de miocardio y el ictus. Concretamente, se estima que uno de cada 100 pacientes TVP muerte. En los casos más graves, la tasa de amputación o muerte puede ser superior al 40 %.

Qué personas son lo podrían sufiri

Las personas que tienen más riesgos de sufrir esta enfermedad son aquellas que han padecido una inmovilización prolongada, se han sometido a una cirugía o aquellas que han sufrido un traumatismo. Asimismo, la trombosis venosa profunda también se produce con más asiduidad en pacientes con cáncer, enfermedades autoinmunes y algunas enfermedades sanguíneas.

Al hilo, el doctor Jorge Cobos, miembro de la Servei y especialista de la Unidad de Radiología Vascular e Intervencionista del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid explica que la obstrucción de las venas en miembros inferiores habitualmente produce «inflamación, dolor y calor en la zona afectada». Del mismo modo, el experto apunta que el trombo puede llegar a producir «una congestión masiva de la extremidad, gangrenándola, y los coágulos pueden desplazarse y taponar el pulmón», lo que se denomina embolismo pulmonar.

La RVI en los casos graves

El tratamiento estándar y de eficacia probada que se aplica a todos los pacientes con trombosis venosa profunda son los fármacos anticoagulantes —los más conocidos son la heparina o el sintrom—. Estos están creados para disolver el coágulo sanguíneo y prevenir la embolia pulmonar, que es la consecuencia más grave de la enfermedad.

En este sentido, el doctor Cobos comenta que el papel de los radiólogos vasculares e intervencionistas es «fundamental» en los casos más graves durante la fase aguda de la trombosis, ya que se encargan de aspirar o deshacer los trombos con medicamentos, restituyen la circulación y evitan complicaciones que perjudican al paciente.

Un ejemplo de ello, detalla el facultativo y especialista, es un paciente con TVP extensa que tenga afectadas las venas iliacas o a la vena cava, así como el enfermo con contraindicación para tomar fármacos anticoagulantes o cuando estos no son efectivos. Para este grupo, una alternativa es la trombólisis con catéter. Es decir, la inserción de un dispositivo con forma de tubo estrecho, mediante el uso de rayos X en la vena de la pierna o del brazo, que se dirige hasta el sitio exacto en el que se encuentra el trombo. Una vez allí —a través del catéter— se inyecta en el trombo la medicación específica para disolver el coágulo.

Por último, resume el miembro de la Servei en otros casos también puede ser necesario tras una obstrucción crónica «reabrir las venas de gran calibre, las del abdomen y la pelvis, mediante stents». Esta técnica puede permitir recuperar el flujo venoso y mejorar la circulación en la zona afectada.

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