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El futuro del cáncer de mama es cada vez más prometedor

El futuro del cáncer de mama es cada vez más prometedorQuironsalud

Las supervivientes de cáncer de mama temen más que un familiar tenga un tumor que recaer

Tras superar el tumor, casi un cuarto de las mujeres ha sufrido problemas económicos y un 24 % ha tenido que dejar su empleo

Las supervivientes de cáncer de mama «viven con miedo», que además no desaparece con el paso del tiempo: dos de cada tres a recaer en la enfermedad, pero son más, un 73 %, las que temen que un familiar desarrolle un tumor, según un estudio de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC).

Realizado entre junio y julio de 2024 por el Observatorio del Cáncer sobre 1.293 mujeres con motivo del Día Mundial contra el Cáncer de Mama que se conmemora cada 19 de octubre, el estudio «Necesidades y calidad de vida en supervivientes de cáncer de mama» presentado este martes recopila las necesidades económicas, laborales, psicológicas y físicas que experimentan estas pacientes.

Según el Observatorio, 35.312 mujeres fueron diagnosticadas de cáncer de mama en 2023, ha recordado su responsable, Belén Fernández; aunque es uno de los tumores con mayor supervivencia (un 85,5 % de media a cinco años), el informe constata un gran vacío de respuesta a sus diferentes realidades.

La principal conclusión es que «las mujeres con cáncer de mama conviven con miedo», un temor que se «materializa en dos ámbitos: el personal y el familiar» y que además no «desaparece con el paso del tiempo ni se minimiza, hayan pasado 10 ó 15 años», ha resumido.

Un tercio de las encuestadas reconoce tener mala calidad de vida por síntomas y problemas físicos, emocionales, sociales y económicos; el tiempo transcurrido desde la finalización de tratamientos es un aspecto determinante, de modo que este porcentaje se eleva al 40 % en el caso de las que lo han acabado hace menos de 5 años frente al 24 % de aquellas que concluyeron superado ese plazo.

La mitad vive con dolor, fatiga y problemas cognitivos

El dolor y sus repercusiones en la vida cotidiana es uno de los síntomas físicos más citados: hasta el 46 % refieren sentirlo con frecuencia, muy a menudo o siempre.

La mitad experimenta fatiga y el mismo porcentaje menciona problemas cognitivos dificultades para concentrarse, mantener la atención durante un tiempo prolongado o recordar cosas.

Molestias en las articulaciones y/o músculos (72 %), calambres o debilidad muscular (55,7 %) y hormigueos o entumecimiento en los pies, manos o dedos (55,3 %) son otros de los síntomas más frecuentes.

Aunque el 47,3 % pasan por emociones negativas con elevada frecuencia, la inmensa mayoría (el 86 %) también experimenta estados de ánimo positivos. En este plano emocional, la preocupación por la imagen corporal y la apariencia es algo que también afecta a la mitad de las supervivientes.

Recaer es uno de los mayores temores para dos de cada tres, pero el principal miedo que tiene el 73 % de ellas es que un familiar desarrolle un cáncer.

Estragos en la sexualidad

En el ámbito de las relaciones interpersonales, la enfermedad y su tratamiento tiene efectos devastadores en la sexualidad, de modo que un 52,9 % de las encuestadas pasa por este tipo de problemas.

Para muchas, evitar encuentros sociales o la dificultad para establecer nuevas relaciones son problemas que persisten; el 27,5 % reporta haber experimentado estos problemas con frecuencia, muy a menudo o siempre.

Tras superar el cáncer, casi un cuarto de las mujeres (el 23,6 %) ha sufrido problemas económicos y un 24 % ha tenido que dejar su empleo.

Menos de la mitad (44 %) de las que trabajaban a tiempo completo antes de la enfermedad vuelven a su situación anterior y el 17 % se jubila, pero para un 37,4% le ha acarreado una situación desfavorable.

Dos tercios ha pasado por impedimentos para realizar su trabajo y un 53 % ha percibido falta de apoyo o comprensión por parte de compañeros o jefes. El 68 % considera que la enfermedad ha limitado sus oportunidades laborales o su carrera profesional.

Reconciliarse con el propio cuerpo

Lo que la psicóloga Ana Monroy encuentra en su consulta es el omnipresente miedo a una posible recaída en el futuro y la incertidumbre que conlleva vivir en una situación así, esa «inseguridad y ese miedo a tener que retomar una vida diferente porque ya nada era como antes».

En el caso de los tumores de mejor pronóstico, la posibilidad de recaer ronda el 2 %, ha indicado el doctor Rafael Martínez, que ha querido dejar claro que «cada persona tiene un riesgo, pero no existe ninguna con riesgo cero»

Sandra, superviviente, y María, paciente, han puesto voz a los datos. «El miedo al cáncer es generalizado», ha resaltado la primera, que ha constatado cómo una de las cosas que tiene que hacer una mujer con cáncer de mama es «reconciliarse con su cuerpo». «Cuando te miras al espejo te das cuenta de que nada es igual. »Tienes que aprender a hacerte amiga de ti misma otra vez".

María convive mejor con su enfermedad gracias al ejercicio físico: «La única forma de que el cuerpo no me duela es moviéndome. Salgo de casa 'regulinchi', pero salgo del gimnasio súper bien», ha garantizado.

Las dos han tenido «suerte» con sus empresas; en el caso de María, cuando tuvo una baja muy larga porque en su trabajo «entendieron muy bien lo que estaba pasando». «Me permitieron organizarme los días de trabajo como quisiera y eso también les venía bien a ellos porque no me tuvieron que sustituir», ha señalado.

A María no le ponen reuniones antes de las 9 de la mañana porque saben que no empieza un solo día sin su sesión de gimnasio. «Mis prioridades han cambiado», sostiene.

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