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El secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla Bernáldez en la presentaciónEFE

El número dos de Mónica García vaticina que la sanidad pública podrá absorber a los funcionarios de Muface

Javier Padilla cree que las mutuas no son un privilegio, sino un perjuicio para los trabajadores públicos, y que deberían de pasar al Sistema Nacional de Salud

La continuidad del mutualismo administrativo en España está sobre la mesa. La renegociación del convenio de Muface peligra debido al plantón de las aseguradoras, que consideran que la subida de las primas del 17,2 % planteada por el Gobierno es insuficiente.

Ahora, estas empresas tienen hasta el 5 de noviembre para pujar por la sanidad de 1,5 millones de funcionarios, por lo que habrá que esperar para saber qué ocurre con la asistencia sanitaria de todas esas personas y sus beneficiarios.

Aunque es el ministerio de Transformación Digital y Función Pública –que encabeza el recién llegado al Gobierno Óscar López–, el ministerio de Sanidad también se ha pronunciado en diferentes ocasiones sobre este conflicto. Mientras que López defendía en el Congreso que este incremento de las primas es «el mayor registrado en la historia desde que existen datos homologables», desde la cartera que dirige Mónica García se viene apuntando a la disolución del modelo.

El último en hablar del tema ha sido precisamente su número dos, Javier Padilla –secretario de Estado de Sanidad–, que en el Congreso ha expresado que siempre ha defendido «que la existencia de Muface, Mugeju e Isfas no es un privilegio, sino un perjuicio» porque «se les hurta en aras de la libertad de elección el nivel asistencial que más capacidad tiene para aportar a su salud que es la atención primaria vertebrada en todo el territorio».

Pero Padilla ha ido más allá y ha vaticinado que, de decaer el modelo, la sanidad pública podría absorber a los más de millón y medio de funcionarios que actualmente acuden a la privada. Ha recordado que ya hubo otras incorporaciones masivas, como los 400.000 autónomos que entraron en 1983 y los 250.000 beneficiarios del padrón de beneficencia en 1989. «Tenemos un sistema sanitario que con todas sus carencias y déficits, con la adecuada financiación sí tendría capacidad para absorberlos», expuso en sede parlamentaria.

Ha rematado argumentando que el sistema democrático sería «mucho mejor» si todos los trabajadores que ejercen en el ámbito de lo público acudieran al sistema sanitario público.

Lo cierto es que el partido de Padilla y de García, Más Madrid, se presentó a las elecciones generales bajo la marca Sumar, que directamente llevaba en su programa electoral la desaparición de Muface, Mugeju e Isfas y la integración de todos sus beneficiarios en el Sistema Nacional de Salud. Aunque el ministerio competente no haya caído en manos de Sumar, la parte del Gobierno que no es el PSOE continúa defendiendo la posibilidad de que el mutualismo administrativo desaparezca.