
La nacionalidad de origen está en riesgo al solicitarse una nueva residencia en otro país
Nacionalidad
¿Se pierde la nacionalidad de origen si se pide la española por residencia?
Una pregunta común que hacerse si se habita en España pero que no tiene fácil respuesta
La nacionalidad no es sólo un elemento de la identidad de cada persona sino que, además, es una herramienta legal que puede aportar bienestar y dotar de derechos a los que la posean. Dependiendo del país del que se trate, las formas de adquirirla varían mucho. En algunos sólo se permite si has nacido en su territorio y otros Estados tienen requisitos más flexibles, como haber habitado durante un tiempo en dicho país o tener padres de ese origen. Y una gran pregunta que se plantean los inmigrantes a la hora de comenzar su vida en otro lugar es si, al solicitar la residencia en esta nueva nación, tendrá que renunciar a su nacionalidad propia.
En el caso concreto de España, el Código Civil español exige expresamente la declaración de renuncia de anteriores nacionalidades, pero esta obligación permite un vacío legal que aprovechar si las normas en el país de origen no son muy estrictas. En otras palabras, si se efectúa la declaración de renuncia, la persona será candidata para adquirir la nacionalidad española, a pesar de que su país de origen no llegue a tramitar nunca la anulación de su nacionalidad. De ahí se dan muchos casos en los que hay doble o múltiple nacionalidad en personas procedentes de países no amparados por los convenios bilaterales de España en materia de nacionalidad.
Estos últimos permiten a los solicitantes no renunciar a ninguna de sus ciudadanías. Hasta este momento, España tiene acuerdos de este tipo con Portugal, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial y doce países iberoamericanos: Chile, Perú, Paraguay, Nicaragua, Guatemala, Bolivia, Ecuador, Costa Rica, Honduras, República Dominicana, Argentina y Colombia. La razón de esto tiene que ver con la cercanía cultural, un pasado colonial hispano y con unas fronteras comunes.
Hay países fuera de estos convenios en los que adquirir una nueva nacionalidad implica la automática pérdida de la original. Algunos ejemplos son China, India o Japón, que no contemplan la posibilidad de tener doble procedencia.Por lo tanto, la clave para saber si se perderá la nacionalidad de origen será revisar la legislación nacional del Estado del que se pone en duda el mantenimiento de la nacionalidad de procedencia y entender cómo de flexibles son con el concepto de ciudadanía.