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El médico que dejó la bata para denunciar el sistema desde dentro: «Es insostenible»

A pesar de su decisión, el doctor García Blanco asegura que sigue creyendo en la Atención Primaria y en que es la «tecnología» que da mejores resultados en salud

Guardias interminables, sueldos que no corresponden con el trabajo y que se alejan de la media europea, agresiones, sobrecarga de trabajo... La situación de los médicos cada vez es más insostenible en España. Las malas condiciones, entre otras cosas, es lo que llevó a Daniel García Blanco, médico de Familia y Comunitaria, a colgar la bata, a no volver a su centro de salud Vicente Soldevilla, en Vallecas (Madrid).

En una columna, publicada en la Asociación de Médicos y Titulados de Madrid (Amyts), el facultativo explica que hace ya tiempo que «no usa la bata en la consulta», aunque confiesa que nunca le gustó mucho llevarla, porque «marca unas distancias que creo excesivas». Sin embargo, llegó a entender que para algunas personas que iban al centro de salud era «un símbolo de profesionalidad, de tomarse en serio el trabajo, de cuidado». Así que aceptó portarla.

Desde hace unos meses, esto cambió para el doctor García Blanco, ya que, tal y como revela, siente que la consulta «no mantiene las condiciones mínimas» que merecen quienes acuden a una consulta médica. «No es serio, ni profesional, ni son cuidados dignos. Y no porque no quiera, sino porque no puedo. Por eso me siento un fantoche si me pongo la bata», asevera en su columna.

El médico formaba parte de un turno de tarde en el que, según explica, de ocho puestos médicos, hay cuatro sin cubrir desde hace meses (algunos de ellos, años) y otros dos libres porque las compañeras están de baja por sobrecarga.

Los que quedan tienen reducción de jornada por cuidado de menores. Así, algunas tardes no hay «más que un solo médico en todo el centro, y en otros momentos, ninguno», comenta. Esto se agrava si se tiene en cuenta la población a atender, que es de 30.000 personas.

En el último mes, sus agendas han tenido «una media de 60 citas diarias, con días que superan las 80 o 90 citas», apunta en su columna. Esto ha hecho que el tiempo de espera para pedir cita haya disparado. Algunos pacientes no ven a su médico de referencia porque deben esperar meses. Además, denuncia, «el centro ha cerrado algunos días a las 22:30 de la noche», intentando atender «una demanda desbordante e inabarcable en estas condiciones».

Esta situación se agravó el 1 de febrero de 2025, cuando se modificaron las plantillas de los centros de salud de Madrid que debilitaron aún más los equipos de tarde: «A partir de esa fecha, quedé como único médico titular en ese turno. Es insostenible, no tiene sentido seguir así», confiesa.

Aunque la situación en toda España es generalizada, tanto el doctor García Blanco como otros colegas de profesión llevan meses lanzando «la voz de alarma» a quienes gestionan los recursos de la sanidad pública en Madrid. Durante dos meses han recibido apoyo de compañeras de centros cercanos, y han tenido algunas reuniones con la Gerencia; sin embargo, lamenta «no ha habido cambios concretos». «Seguimos sintiéndonos abandonados», continúa, y la suerte «no basta para revertir situaciones tan crónicas». Por ello, cuelga la bata, cree que es «evidente» que el abandono crónico «por parte de la Consejería de Sanidad» ha llevado a que no exista «un turno médico de tarde como tal en el centro».

A pesar de que ha colgado la bata, asegura que sigue creyendo en la Atención Primaria y en que es la «tecnología» que da mejores resultados en salud. También confía en «la importancia de la longitudinalidad, en la accesibilidad, en la atención integral y en el equipo».

Por último, reconoce que ojalá pudiera seguir en ese centro y en ese barrio, donde lleva casi 20 años: «Quiero aportar lo posible para que vuelva a ser un centro de referencia y preste una atención digna junto a la comunidad de la que forma parte. Ojalá pudiera volver a la consulta, colgarme de nuevo la bata, abrir la puerta y tender la mano», concluye.

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