
Persona consumiendo alcohol
Demuestran que los grandes bebedores mueren 13 años antes que los que nunca han bebido
La investigación incluyó a 1.781 personas, con una edad promedio de 75 años al momento de su fallecimiento
Un estudio realizado por la Universidad de São Paulo (Brasil) ha analizado la relación entre el consumo de alcohol y los daños cerebrales asociados con la edad en una población envejecida. Los resultados muestran que las personas que beben grandes cantidades de alcohol, es decir, ocho o más bebidas por semana, tienen una esperanza de vida 13 años más corta que aquellos que nunca han consumido alcohol.
Aunque el estudio, publicado en la revista Neurology, no establece que el abuso de alcohol cause daño cerebral de forma directa, revela una fuerte asociación entre el consumo excesivo y la aparición de lesiones cerebrales, como la arteriolosclerosis hialina, una condición que puede afectar la memoria y el razonamiento.
La arteriolosclerosis hialina es una afección que hace que los vasos sanguíneos pequeños se engrosen y endurezcan, dificultando el flujo sanguíneo y, con el tiempo, provocando daño cerebral. Esta condición es señalada como uno de los principales factores relacionados con problemas cognitivos. Así, el doctor Alberto Fernando Oliveira Justo, principal autor del estudio, afirma que el consumo excesivo de alcohol es «un problema de salud global» que contribuye a un mayor riesgo de enfermedades y muertes. Su estudio muestra que el abuso de alcohol afecta «negativamente al cerebro», lo que puede llevar a «alteraciones en la memoria y las capacidades mentales».
La investigación incluyó a 1.781 personas, con una edad promedio de 75 años al momento de su fallecimiento. A través de autopsias cerebrales, se examinaron tejidos en busca de signos de daño cerebral, como los ovillos de tau y la arteriolosclerosis hialina. Los participantes fueron clasificados en cuatro grupos según su consumo de alcohol: quienes nunca bebieron, los bebedores moderados (menos de ocho bebidas a la semana), los bebedores excesivos (ocho o más bebidas a la semana) y los ex bebedores empedernidos.Los resultados indicaron que un 40 % de los no bebedores presentaron lesiones cerebrales vasculares, mientras que en los bebedores moderados, la cifra subió al 45 %, y en los bebedores empedernidos, al 44 %. Entre los exbebedores empedernidos, el 50 % mostró daño cerebral. Tras ajustar los datos por factores como el tabaquismo, la actividad física y la edad de fallecimiento, los bebedores excesivos tenían un 133% más de probabilidades de presentar lesiones cerebrales vasculares en comparación con los que nunca bebieron.
Además, se observó que los grandes bebedores y los ex grandes bebedores tenían un mayor riesgo de desarrollar ovillos de tau, un marcador biológico relacionado con la enfermedad de Alzheimer, con un aumento del 41 % y 31 %, respectivamente. También se registró una disminución en la proporción de masa cerebral en estos grupos, además de una peor capacidad cognitiva, un efecto que no se observó en los bebedores moderados.
El estudio también reveló que los grandes bebedores tenían una vida útil significativamente más corta, con una diferencia promedio de 13 años en comparación con los que nunca bebieron. «Este hallazgo subraya la importancia de comprender los efectos a largo plazo del consumo excesivo de alcohol sobre la salud cerebral, lo que puede afectar la memoria y las capacidades cognitivas», afirma Justo. «Es fundamental tomar conciencia de estos riesgos y continuar con estrategias preventivas para reducir el consumo excesivo de alcohol».
Cabe destacar que una limitación de este estudio fue que no se incluyó información sobre la duración del consumo de alcohol ni se evaluaron las capacidades cognitivas de los participantes antes de su fallecimiento.