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Imagen del Golfo de Alaska

¿Es cierto que las aguas del Atlántico y el Pacífico no se mezclan?

Existe la creencia, basada en la foto que ilustra este artículo, de que los dos grandes océanos se tocan pero no se juntan, manteniendo cada uno una tonalidad

Son muchos los que afirman con rotundidad que las aguas de los dos grandes océanos del planeta, el Atlántico y el Pacífico, no se juntan. Fotos y vídeos pueden hallarse con una simple búsqueda en internet sobre el tema, pero ¿es esto cierto? ¿Tiene alguna explicación?

A pesar de que las fotos son ciertas, la realidad reside en que los océanos sí que se mezclan. Las imágenes en cuestión corresponden al punto situado en la confluencia del Pacífico Norte y el mar de Bering. En efecto, se ven dos masas de agua de diferente color que no se juntan, simulando la separación que ocurre cuando mezclas agua y aceite.

La viralización de las imágenes por redes sociales y foros ha contribuido a que se piense que esa división es real. Aunque existan diferencias entre las aguas, no son estas las que generan esa distinción visible entre ellas.

Según explican desde la Fundación Aquae, la explicación se encuentra en los llamados eddies que se producen en el Golfo de Alaska. Estos son remolinos de cientos de kilómetros de diámetro que forman las corrientes y la convección oceánica y a través de los cuales, a modo de motores naturales, se distribuyen las aguas y los sedimentos.

Esto provoca zonas muy ricas en nutrientes naturales, sobre todo aquellas que se encuentran cerca de la zona de la costa de Alaska, ya que transportan sedimentos glaciales y poseen arcillas que colorean el agua, además de enturbiarla.

Esta sería, por ende, la explicación a esas llamativas imágenes en las que dos masas de agua tienen colores diferentes. Lo que parecen dos océanos que no se juntan es, en realidad, un fenómeno natural único que tiene que ver con la carga de sedimentos procedente de los valles glaciares y los ríos y que se vierte en un océano abierto.

Origen del mito

Esta desinformación se se originó en 2013 con una fotografía de Ken Bruland, un profesor de ciencias de la Universidad de California-Santa Cruz, en Estados Unidos. Bruland viajó en 2007 al Golfo de Alaska para analizar junto con sus colegas Andrew Schroth y John Crusius, la presencia de hierro en el agua.

Por aquel entonces, Bruland ya explicó al medio de Alaska Anchorage Daily News que la diferencia en el color de las aguas radica en su composición, que no impide pero sí retrasa la mezcla entre ambas.

Sin embargo, dos años después, la videoaficionada Maryan Steve-Pearson viajó Estrecho de Georgia, cerca de Vancouver, al oeste de Canadá, donde grabó un vídeo que muestra una línea que divide el mar, con aguas de un lado claras y del otro, oscuras. Fue esa filmación la que se hizo viral en redes como Facebook y YouTube y extendió la creencia de que los dos océanos no se juntan. La autora lamentó que su vídeo se utilizase para difundir ideas falsas y fue posteriormente eliminado, sin poder evitar que esta creencia se quedara en el conocimiento colectivo.