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Pigargo europeo

Pigargo europeoCreative Commons

Así es el pigargo, un superdepredador reintroducido en el Cantábrico y que ahora nadie quiere

El proyecto nació con recelos de diferentes partes y, aún hoy, termina sin convencer a científicos, vecinos y ecologistas

En el siglo XIX los pigargos europeos (Haliaeetus albicilla) se extinguieron –supuestamente– en la Península Ibérica. Se trata de un ave rapaz de gran tamaño, que alcanza una longitud de 69 a 92 centímetros y una envergadura de alas de 2 a 2,45 metros. Similar a un águila, son sociables con su propia especie, aunque de adultos se suelen mantener solitarios o en pareja.

Distribuida en amplias zonas del norte y el este de Europa, así como en buena parte de Asia, hace dos años se inició un proyecto para reintroducir este animal en la cornisa cantábrica. Un proyecto no libre de polémica, ya que tanto los biólogos como los ecologistas de las regiones afectadas ponían en duda que el ave hubiese estado allí presente en algún momento y alertaban del peligro que suponía para las especies autóctonas.

La iniciativa, impulsada por la Asociación Grefa, supuso en una primera fase experimental la suelta de una veintena de ejemplares procedentes de Noruega en Asturias y Cantabria. La agrupación construyó una jaula gigante en el concejo asturiano de Ribadedeva para que las aves se aclimatasen desde pequeñas y dos meses después abrirles la jaula para que aprendieran a volar y socializar entre ellas.

Sin embargo, meses después del inicio de este proyecto, todo parece indicar que la idea se ha paralizado como consecuencia de las quejas desde diversos sectores. No obstante, la veintena de pigargos que ya habitan en las comunidades de Asturias y Cantabria siguen allí, sumiéndolas en un limbo administrativo.

Y es que el consejero en funciones de Medio Rural del Principado, Alejandro Calvo, ya confirmó a Efe el pasado mes de marzo que el Comité de Flora y Fauna Silvestres, constituido por representantes del Gobierno central y de las autonomías, había decidido retirar su apoyo a esa iniciativa, descartado apoyar la fase definitiva del proyecto de introducción del pigargo europeo en España tras esta suelta experimental de varios ejemplares.

Un superdepredador

Una de las principales razones de rechazo, como se ha comentado anteriormente, es que no existen pruebas fehacientes de que este animal estuviese presente en España con anterioridad.

Las asociaciones ambientalistas han sido, precisamente, las que más han elevado la voz en contra de esta medida. Es el caso de la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies, que manifiesta no haber «ninguna evidencia de que el pigargo europeo haya sido una especie reproductora en España».

Además, mantienen que este superdepredador, que se alimenta de peces, otras aves y mamíferos, puede ocasionar graves problemas para la conservación de especies amenazadas de la fauna asturiana «debido a la competencia con ellas o directamente por su depredación».

Desde la Coordinadora, al igual que otras organizaciones ecologistas, piden ahora que, «sin demora», se proceda a la captura de los ejemplares liberados en los últimos meses para evitar que sigan produciendo impactos negativos en el medio natural.

Ahora, con unas elecciones autonómicas recién celebradas y unas generales a la vista, se desconoce cuándo el Principado y los demás gobiernos afectados van a tomar una decisión sobre la continuidad o no del Proyecto Pigarro. Una idea que nació con recelos de diferentes partes y que, aún hoy, termina sin convencer a científicos, vecinos y ecologistas del norte de España.

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