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Por qué es un error llamar 'covid de las vacas' a la enfermedad hemorrágica epizoótica

Este término coloquial se ha extendido por los medios de comunicación, pero la afección no tiene nada que ver con el coronavirus

En los últimos días se ha extendido entre los medios de comunicación el término 'covid de las vacas' para referirse a la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) que se despliega ya por toda España y que, además de a los bovinos, también afecta a ciervos, corzos y gamos, ya que incide en todo tipo de rumiantes, tanto domésticos como silvestres. Sin embargo, esta afección poco o nada tiene que ver con la que nos mantuvo encerrados durante meses en el año 2020.

La EHE entró en España a finales de 2022 procedente de la isla de Cerdeña, en Italia. En apenas nueve meses se ha repartido ya por todo el territorio nacional, afectando primero a los ciervos y ahora, a las vacas. Aunque tradicionalmente ha circulado en América del Norte, Australia, Asia y África, ahora ha llegado a Europa y se está llevando por delante la vida de cientos de animales.

Esta consiste en una enfermedad vectorial infecciosa. Esto quiere decir que los animales no se contagian entre ellos, sino que llega a través de los vectores, insectos hematófagos de pequeño tamaño, generalmente mosquitos. Estos se desarrollan en sustratos con gran cantidad de materia orgánica y suficiente humedad, que pueden ser arrastrados por fuertes vientos y, con ello, vehicular estos virus entre zonas geográficamente muy distantes.

Además, cabe destacar que los seres humanos no pueden contagiarse de la EHE. «Tenemos la suerte de que no es una zoonosis», por lo que no hay posibilidad de que afecte a las personas, comentaba a El Debate Santiago Vega, catedrático de Sanidad Animal de la Universidad CEU-Cardenal Herrera de Valencia.

Poco o nada tiene que ver, por ende, con la covid, una enfermedad infecciosa causada por el SARS-CoV-2 que sí que se transmite entre individuos por inhalación de microgotas y aerosoles liberadas a través de tos, estornudos, la respiración o el habla, así como por el contacto de las manos con superficies contaminadas.

Síntomas

Su período de incubación es de dos a 10 días y en el caso del ganado vacuno puede producirse sintomatología autolimitante durante unas dos semanas. Esta consiste en la mayoría de casos en fiebre, anorexia, disfagia, inapetencia, emaciación, estomatitis ulcerosa, cojera, dificultad respiratoria, abortos, secreción nasal y eritema de la ubre.

Aunque en la mayoría de casos se presenta asintomática o bien con sintomatología leve o moderada, se ha cobrado ya la vida de cientos de animales, principalmente debido a consecuencias de la infección, como las cojeras que producen falta de movilidad o la dificultad para comer o beber por úlceras en la boca.

La afección está matando vacas cada jornada, según alertaban hace algunas semanas desde La Unión de Agricultores y Ganaderos de Extremadura, que cifraban en 425 decesos al día solamente en esa comunidad. Algo que acarrea unos daños económicos «enormes», según subrayan desde Asaja.

Y es que a que a la muerte de algunos animales se unen los costes de los tratamientos farmacológicos que requiere el rebaño y que alcanzan los 100 euros por cabeza. A esto hay que sumarle «la incertidumbre de no saber cómo van a quedar fisiológicamente muchos animales una vez que padecen la enfermedad», destacan.