Las claves de la COP 28: un cambio de rumbo y el debate sobre el metano
Este jueves comienza la 28ª edición de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP), que se prolongará hasta el próximo día 12 de diciembre. La considerada como la cumbre climática más importante del año tendrá lugar en Expo City Dubái y no estará exenta de polémica por desarrollarse precisamente en Emiratos Árabes Unidos, un país poco comprometido con el medio ambiente.
Una controversia que se alimenta si analizamos la figura del presidente designado de la conferencia, el Sultán al Yaber, ministro de Industria de Emiratos Árabes Unidos y director ejecutivo de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi (ADNOC, en inglés). A pesar de que este miércoles se filtró una posible dimisión de su puesto en la petrolera, la COP28 desmintió esa información.
La reunión centrará su mirada en cuatro cuestiones de relevancia para el futuro del planeta: la reiteración y la revisión de los Acuerdos de París –alcanzados en la COP de 2015–, el objetivo de limitar el calentamiento del planeta a 1,5 ºC, el fin de los combustibles fósiles y el pico de emisiones mundiales de CO2 establecido para 2025.
Para ello, la conferencia, al margen de días de apertura y clausura, se dividirá en siete temáticas, cada una abordada en un día diferente: cambio climático y salud, cambio climático y economía, cambio climático y energía, cambio climático y transporte y urbanismo, cambio climático y juventud, cambio climático y la naturaleza y el mar y, por último, cambio climático y alimentación, agricultura y agua.
En este espacio se congregarán 198 integrantes entre activistas, políticos, empresarios, científicos y periodistas para intentar encontrar soluciones a los problemas climáticos del planeta. Como novedad, este año se revisará también lo que se conoce como Balance Global, que será el primer análisis de acción climática que la ONU lleva a cabo desde la entrada en vigor del Acuerdo de París. Sus avances, publicados el pasado mes de septiembre, señalan que el mundo está «muy lejos» de cumplir las metas acordadas en la capital francesa.
España juega un papel destacado durante esta cumbre, puesto que llega a la misma ostentando la Presidencia del Consejo de la Unión Europea (UE), la cual actúa como una entidad única durante la COP. Así, será la vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, la que dirija la unidad de actuación europea.
Pero serán varios los jefes de Estado y de gobierno que asistirán, entre ellos el rey de Inglaterra, Carlos III, el presidente de Brasil, Lula da Silva, o el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, junto con cientos de ministros y otros altos representantes gubernamentales. El Papa Francisco también tenía intención de acudir, pero anuló el martes, «con gran pesar», su viaje por recomendación de los médicos tras su reciente enfermedad respiratoria.
Temas clave
Centenares de foros, presentaciones, mesas redondas, charlas, discusiones y eventos de todo tipo están preparados para los próximos días, a los que se espera que asistan decenas de miles de personas. Entre los asuntos principales a tratar, el abandono progresivo de los combustibles fósiles, asegurar la financiación suficiente para una transición justa y ver cómo mantener «vivo» el objetivo de calentamiento global recomendado por la ciencia.
De igual forma, los expertos en diplomacia climática ven necesario «corregir la dirección» de la acción climática actual, que según puso de manifiesto el Balance Global está muy por detrás de lo que sería necesario para no traspasar el umbral de seguridad que marca la ciencia para un futuro climático aceptable.
Debate sobre el metano
Las conversaciones sobre el clima suelen centrarse en la reducción de un conocido gas de efecto invernadero, el CO2. Pero en la COP 28 de este año, otro gas poderoso que retiene el calor, el metano, será un tema clave. Como componente principal del gas natural, el metano (CH4) se encuentra abundantemente en la naturaleza. Pero también es el segundo mayor contribuyente al calentamiento global causado por el ser humano después del dióxido de carbono (CO2), con una capacidad aún más fuerte para atrapar el calor.
Un informe reciente de la AIE estima que reducciones rápidas en las emisiones de metano vinculadas al sector de los combustibles fósiles podrían evitar hasta un 0,1 ºC de calentamiento para mediados de siglo. Tal reducción tendría un impacto mayor que «retirar inmediatamente todos los automóviles y camiones de las carreteras», según los autores.
Las anteriores COP han sido vagas sobre el tema, pero los países y las corporaciones están empezando a tomar la iniciativa para adoptar objetivos de reducción de emisiones de metano no vinculantes.