Los embalses hidroeléctricos españoles acumulan un récord de energía
Con las lluvias caídas durante la Semana Santa fruto de la borrasca Nelson los embalses consiguieron mejorar sus cifras y llegaron a aumentar en más de cinco puntos la reserva hídrica de España. Algo que alivió especialmente la crítica situación de sequía de comunidades como Andalucía, una de las más castigadas por la escasez de agua.
De hecho, las intensas precipitaciones evitarán que este verano la región sureña tenga que transportar agua desalada en barco desde Murcia, tal y como se había anunciado. Su presidente, Juanma Moreno, se mostró entusiasmado por las lluvias –los embalses andaluces rondan el 40 %–, pero llamó a la calma y a no lanzar las campanas al vuelo.
Sin embargo, estas lluvias no solo han aliviado la situación en los pantanos de uso consuntivo, que sirven para para uso humano, agrícola e industrial. También en los embalses hidroeléctricos. Estos se han ido llenando en las últimas semanas, algo que beneficia a los consumidores de energía eléctrica y que ha contribuido a marcar récords no vistos desde hace una década.
Tal y como explican desde la consultora Ingebau, con las últimas lluvias y los consecuentes datos de agua acumulada, se ha batido el récord de energía al alcanzarse los 16 TWh, algo que no se veía desde abril de 2014. Esto supera con creces la energía hidroeléctrica disponible en las centrales de la media de los últimos 10 años o de los últimos cinco ejercicios.
Esto se debe a que los embalses hidroeléctricos se encuentran prácticamente llenos en casi toda España, exceptuando algunas zonas de la cuenca del Ebro. Esto significa que las centrales generarán electricidad en las próximas semanas de manera casi obligatoria, lo que se traduce en energía prácticamente gratis.
Si analizamos los datos del mapa interactivo, vemos cómo la inmensa mayoría de los embalses de generación eléctrica se encuentran en el noroeste de España, salvo el de Mequinenza, en Zaragoza –que está al 82,86 % de su capacidad–, y varios de ellos en la provincia de Lérida.
Los más grandes de la Península, el de Alcántara (Cáceres) y Almendra (entre Salamanca y Zamora) están al 87,56 % y 88,45 %, respectivamente. El resto presenta una situación similar, como el de Valdecañas (en Cáceres, al 94,15 %), el de Ricobayo (en Zamora, al 86,11 %) o el de Las Portas (Orense, al 96,83 %).
Cómo funcionan
La energía hidroeléctrica se centra en transformar la fuerza del agua en energía eléctrica. Para ello se construyen grandes infraestructuras hidráulicas capaces de extraer el máximo potencial de este recurso renovable, libre de emisiones y autóctono, según explican desde Iberdrola.
Se lleva a cabo mediante la circulación de un caudal de agua a lo largo de un circuito hidráulico que supera el desnivel entre dos puntos, conocido comúnmente como salto. Durante este proceso, el agua gana velocidad a medida que parte de su energía potencial se convierte parcialmente en energía cinética. La función principal de la turbina es convertir esta energía cinética en mecánica, la cual luego es transformada por el generador en energía eléctrica.
Una vez completada esta etapa, el caudal de agua abandona la turbina y retorna al río con una velocidad mínima, conservando la energía potencial asociada a la altura del punto de desagüe. El rendimiento global de todo este proceso es altamente eficiente, generalmente alcanzando entre el 90 % y el 95 %, lo que implica que se aprovecha prácticamente toda la energía potencial del agua. Las pérdidas de rendimiento suelen estar relacionadas con la pérdida de carga en el circuito hidráulico, la fricción durante la rotación del grupo hidroeléctrico y las pérdidas en los equipos eléctricos.
El proceso inverso al descrito se lleva a cabo en las centrales hidroeléctricas de bombeo, que son capaces de realizar lo que se conoce como ciclo reversible. Estas instalaciones transforman la energía eléctrica en energía potencial al bombear agua hacia un embalse o depósito en una elevación superior.