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pez arena

Un pez de arena asoma la cabeza entre la arenaCreative Commons

Así es el pez de arena, el animal que habita en el desierto y 'bucea' bajo las dunas

Propio del norte de África, Arabia Saudí, Irak e Irán, puede alcanzar una velocidad de hasta 30 centímetros por segundo

En el imaginario colectivo, los desiertos constituyen un páramo yermo y carente de vida debido a sus extremas condiciones climáticas, ausencia de agua y vegetación e inhabitabilidad. Sin embargo, hay especies habituadas a casi todos los escenarios posibles, también a los más inhóspitos, que son capaces de desafiar a la muerte.

Es el caso del pez del desierto o pez de arena (Scincus scincus). Pese a su sobrenombre, no hablamos de un pez como tal, sino que se trata de un reptil conocido por 'bucear' bajo las arenas del desierto como si de agua se tratase. Aunque a muchos esto les recuerde a una película de ciencia ficción –como ocurre en la galardonada Dune con los gusanos de arenas–, este animal existe de verdad y habita en los desiertos del norte de África, Arabia Saudí, Irak e Irán.

De la familia de los escincos, cava madrigueras en la arena y se desliza por ella con mucha facilidad, motivo por el que parece que nade por el desierto. Suelen medir unos 20 centímetros de longitud –incluyendo su corta cola– y mediante ese buceo huyen de las arenas superficiales del desierto, más cálidas, y regulan su temperatura con las más profundas, que suelen estar más frescas.

Su color amarillo caramelo adornado con líneas marrones y su vientre blanco hacen a esta especie particularmente llamativa. Además, destaca por su hocico largo en forma de cuña y su mandíbula inferior avellanada, unas patas cortas y robustas con pies largos y aplanados. De igual forma, para evitar que la arena penetre en sus orificios, sus ojos y fosas nasales tienen un tamaño muy reducido.

Pez de arena

Pez de arenaLuke Verburgt

Los estudios de su forma de vida han demostrado que este animal no se transporta mediante sus patas, sino que utiliza un movimiento serpenteante y casi vibratorio que remueve la arena y le permite sumergirse en la misma. No obstante, se ayuda de sus cortas patas en ese movimiento para poder alcanzar una velocidad de hasta 30 centímetros por segundo.

La rapidez de este reptil es una de sus aptitudes que más llaman la atención, sobre todo tratándose de arena el medio por el que se desplaza. Según un estudio de la Universidad Técnica de Aquisgrán, en Alemania, un pez del desierto puede sumergirse totalmente en la arena en apenas 720 milisegundos.

La adaptación de este animal al medio es asombrosa, y es que además de tener unas fosas nasales reducidas, como hemos dicho antes, dispone de una cámara en la que retiene los granos de arena que terminan colándose al respirar para impedir que lleguen a los pulmones. Una vez sale a la superficie, estornuda y los expulsa.

Se alimenta de insectos, ya que puede detectar las vibraciones que producen al moverse por la arena, y utiliza su capacidad de sumergirse para, a su vez, esconderse de otros depredadores y acercarse sigilosamente a sus presas.

Los que mejor se adaptan a la arena

Tal y como se recoge en un estudio de filogenética molecular evolución, los reptiles escamosos (lagartos y serpientes) presentan una amplia gama de adaptaciones a la vida en la arena. Por ejemplo, los lagartos que corren en la superficie han desarrollado varias adaptaciones morfológicas que les impiden hundirse en arena blanda, como bordes expandidos de los dedos, membranas interdigitales o escamas espinosas en los dedos.

Esa misma investigación recoge que solo hay dos taxones de lagartos que pueden considerarse verdaderos nadadores de arena, manteniendo extremidades bien desarrolladas: las especies del género scincid Scincus y una especie de gerrhosaurid, Gerrhosaurus skoogi.

Un estudio realizado por el Instituto de Tecnología de Georgia muestra que tanto el pez de arena como las serpientes se mueven tan rápido como lo permite la forma de su cuerpo y utilizando la menor cantidad de energía, aunque creen que la forma alargada de la serpiente le permitía vencer al pez de arena tanto en velocidad como en eficiencia energética. Esto se debe también a que la piel de la serpiente es más resbaladiza, lo cual logra «un coste de transporte muy bajo», explicó Dan Goldman, uno de los autores.

En cualquier caso, esto solo muestra la increíble adaptación al medio de los reptiles y su estudio ayuda a los científicos a comprender cuestiones biológicas y abre la puerta a desarrollar sistemas robóticos de búsqueda y rescate capaces de moverse a través de arena y otros materiales granulares.

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