Fundado en 1910
Campo con olivos en Córdoba

Campo con olivos en CórdobaEFE

Una bacteria que viaja con las chicharras arrasa los olivos y los viñedos del Mediterráneo

Los síntomas son marchitez o decaimiento generalizado, seca de hojas y ramas y finalmente la muerte de toda la planta

El aceite de oliva y el vino son dos de los productos estrella de España, de un incalculable valor gastronómico y alimentario, y de gran demanda no solo en nuestro país, sino en el resto del mundo. Se estima que unos 340.000 agricultores se dedican al cultivo del olivar y 219.356 a la viticultura, por lo que también suponen dos grandes activos económicos, especialmente en Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Cataluña o La Rioja.

Es debido a esa importancia por lo que preocupa fuertemente una bacteria, Xylella fastidiosa, que está causando enfermedades mortales a plantas y árboles al obstruir sus conductos y tejidos vegetales. En concreto, causa la enfermedad de Pierce en la uva, lo que genera importantes pérdidas en el sector vitivinícola, pero afecta en total a 563 especies vegetales de 82 familias botánicas.

Hace diez años que se detectó por primera vez la presencia de esta bacteria en la Unión Europea, concretamente en olivos de la región italiana meridional de Apulia. Este microorganismo, cuya área de distribución principal era el conteniente americano, se ha ido expandiendo por Europa abarcando otros países como Francia, España y Portugal.

Esta expansión en el área mediterránea se debe a la intervención de las chicharras, concretamente al insecto Philaenus spumarius, consideradas como el principal y único vector transmisor. La bacteria ha provocado ya la destrucción de cultivos en Italia y también es la culpable de que se hayan tenido que arrancar miles de almendros en islas Baleares y Alicante.

Tal y como advierten desde la Junta de Andalucía, los síntomas que presentan las plantas o árboles varían de unos hospedadores a otros. En algunos se corresponden con los típicos de estrés hídrico: marchitez o decaimiento generalizado y, en casos más agudos, la seca de hojas y ramas, y finalmente la muerte de toda la planta. En otros casos los síntomas se corresponden más a los provocados por ciertas deficiencias de minerales, como clorosis internervial o moteado en hojas.

Riesgo de una mayor expansión

Un estudio del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos (IFISC), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universitat de les Illes Balears (UIB), ha estudiado cuál será el futuro de esta bacteria si se cumplen los pronósticos de calentamiento del planeta. Según expresan los investigadores en la revista Scientific Reports, un aumento de más de tres grados en la temperatura media del planeta sería un «punto de inflexión en el riesgo» de que la bacteria, que afecta a olivos, almendros y viñedos de los países mediterráneos, se expanda más al norte en Europa.

El clima determina las áreas propensas a la aparición de estas enfermedades, ya que una temperatura favorable puede potenciar el desarrollo de brotes epidémicos. Según el científico Manuel Matías, del IFISC-CSIC-UIB y autor de esta investigación, los cambios en el clima es un factor clave en el «impulso y distribución de las enfermedades en las plantas a nivel mundial».

La ruina para olivareros y viticultores

En América esta bacteria ha causado ya estragos en las vides, generando pérdidas millonarias en el sector. Como hemos dicho, esta causa la enfermedad de Pierce, que causa que las plantas infectadas producen pocos frutos y de poca calidad, sus hojas se decoloran, necrosan y caen, y las cepas pueden llegar a morir en pocos años.

El estudio detalla también que de los países europeos, Portugal y Grecia son los que se enfrentan a un mayor riesgo de contagio, con un 12 % y 2 % más, respectivamente. Un escenario que, con 4 grados más, se elevaría a un «sorprendente» riesgo del 47 % y 63 %. En el caso de España, aclaran que el riesgo se mantendría parecido a los niveles actuales.

Esta situación contrasta con la de las regiones con denominación de origen, donde un aumento de más de dos grados pondría en grave peligro los cultivos vinícolas. Entre las áreas afectadas se encuentran el sureste de Francia, el Penedés en España, la Bairrada en Portugal y la Toscana en Italia, entre otras.

Soluciones

El Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) prevé que, en materia de prevención se deben llevar a cabo «buenas prácticas agrarias sobre la fertilización, el riego, la poda y gestión de restos de poda, así como sobre los vectores». Asimismo, consideran que es «fundamental» comunicar inmediatamente a las autoridades competentes de su comunidad autónoma en materia de Sanidad Vegetal, cualquier sospecha de presencia de la bacteria.

Por su parte, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria destaca que la Xylella fastidiosa está regulada en la UE como plaga cuarentenaria y su introducción y desplazamiento dentro del territorio de la Unión están prohibidos. Además, desde febrero de 2014 están en vigor medidas de urgencia para impedir su introducción y su propagación en el territorio. En mayo de 2015, se introdujeron normas más estrictas sobre la base de una evaluación del riesgo de plagas de la EFSA, y aquellas se han actualizado periódicamente en cuanto se ha dispuesto de nueva información científica y técnica.

comentarios
tracking